Ahora ya sabe que cada curso de acción que tome tiene su origen como un pensamiento y que la suma de todas sus acciones es lo que produce la clase de persona que es.
¿Acepta el concepto de James Allen, que también fue el de Buda, Sócrates, Mahoma y cientos de otros hombres sabios?
Si es así, ¿puede explicar el gran misterio de por que no todos somos felices, sanos y ricos? Hubo una persona capaz de hacerlo, y lo explico en un fascinante libro, Your Greatest Power. J. Martín Kohe fue publicista y distribuidor de inspirados libros sobre la auto ayuda durante la primera mitad del siglo, y entre sus publicaciones se cuentan dos de las obras clásicas de Napoleón Hill, The Laws of Success y Think and Grow Rich, ambas de las cuales disfrutara en lecciones posteriores.
De acuerdo con el señor Kohe, quienes fracasan, quienes se revuelcan en un sentimiento de autocompasión y quienes constantemente se quejan, lo hacen porque no logran emplear la facultad mas grande que poseen, o bien hacen un mal uso de ella, con resultados desastrosos que ocasionan una gran aflicción en sus propias vidas y en las de las personas a su alrededor.
Ya que usted, y nadie mas que usted, esta a cargo de su mente, cambien ejerce plena soberanía sobre esa gran facultad y si la emplea sabiamente, no podrá evitar convertirse en un ser mejor, tanto en su negocio como en su vida personal.
Hay grandes posibilidades de que usted repase esta lección una y otra vez, durante dos meses por venir, solo para recordar una simple ley de la vida que todos deberíamos conocer, pero que desafortunadamente muchos no conocemos...
Usted es poseedor de una facultad grande y maravillosa. Esa facultad, cuando se aplica en la forma adecuada, le brindara confianza en vez de inquietud y paz mental en vez de congoja.
Millones de personas se quejan de su suerte, hastiadas de la vida... y de la forma en que suceden las cosas, sin comprender que son poseedoras de una grandiosa facultad que les permitiría renovar su vida. Una vez que usted conozca esa facultad y empiece a emplearla, podrá cambiar toda su vida y lograr que sea tal y como le agradaría que fuese. Una vida que se ha visto colmada de pesadumbres puede convertirse en una vida plena de alegría. El fracaso puede convertirse en éxito. En donde otrora la pobreza dominaba la vida de un individuo, esa pobreza pude trocarse en prosperidad. El apocamiento puede convertirse en confianza. Una vida de desengaños puede llegar a convertirse en una vida de interesantes experiencias y asociaciones agradables. El temor puede transformarse en libertad.
Demasiadas veces, a medida que transcurre la vida, una persona quizá se enfrento a un sin numero de reveses; tal vez tropezó con una serie de dificultades; incluso pudo verse obligada a luchar con diversos problemas. Antes de que pase mucho tiempo, adopta la actitud de que la vida es difícil, de que la vida es una constante lucha y de que las cartas no la han favorecido al barajarlas... de manera que no tiene caso luchar... “no se puede ganar”. Entonces, ese mismo individuo se derrumba, plenamente convencido de que no importa lo que haga, “no resultara bien”. Derrotado en su propio deseo de triunfar en la vida, por ultimo se vuelve a sus hijos, con la esperanza de que ellos las cosas resulten diferentes. En ocasiones, eso puede ser una solución, pero a veces los hijos van a parar a la misma forma de vida del padre. Muchas veces el individuo llega a la conclusión de que solo hay una salida, y por ultimo pone fin a su vida, por propia mano... se suicida.
No obstante, todo ese tiempo, el individuo es incapaz de descubrir esa facultad tan grande que cambiara su vida. No la reconoce... ni siquiera esta enterado de su existencia... contempla a millones de otros seres que luchan en la misma forma en que el lo hace y decide que ASI ES LA VIDA.
Raimundo DeOvies cuenta la historia del único libro que se salvo durante el incendio de la magnifica biblioteca de Alejandría. Pero no se trataba de un libro importante, de manera que un hombre de escasos recursos, que apenas sabia leer, lo compro pagando por el unas cuantas monedas de cobre. No era muy interesante y, no obstante, ¡en su interior había algo de lo más valioso!
Era una delgada tira de pergamino en la cual estaba escrito el secreto de la “piedra de toque”.
La piedra de toque era un pequeño guijarro que podía convertir en oro puro cualquier metal común. El escrito explicaba que se encontraba en las playas del mar negro, yaciendo entre miles y miles de otros guijarros que tenían un aspecto exactamente igual. Pero el secreto era el siguiente: la verdadera piedra se sentiría caliente al tacto, en tanto que los guijarros ordinarios eran fríos. Así que el hombre vendió sus escasas pertenencias y después de comprar unas pocas provisiones, acampo en la playa y empezó a examinar los guijarros. Tenía un plan.
Sabia que al recoger los guijarros ordinarios y volverlos a tirar porque estaban fríos, tal vez recogería el mismo guijarro cientos de veces. De manera que cuando tocaba uno que estaba frío lo arrojaba al mar. Paso todo un día haciendo esto, pero ninguno de los guijarros era la piedra de toque. Después transcurrió una semana, un mes, un año, pero no lograba encontrar la piedra de toque. A pesar de ello, continuo así un día tras otro. Recogía un guijarro. Estaba frio. Lo arrojaba al mar. Y así una y otra vez.
Pero una mañana, recogió un guijarro y lo sintió caliente... y lo arrojo al mar. Había desarrollado de tal manera el “habito” de arrojarlos todos al mar y tanto se había arraigado en el que cuando ENCONTRO EL QUE DESEABA... AUN ASI LO ARROJO AL MAR.
¡Ah! ¿Cuantas veces hemos estado en contacto con nuestra GRAN FACULTAD y no la hemos reconocido? ¿Cuantas veces hemos tenido ESA FACULTAD TAN GRANDE justo en nuestras manos y la hemos arrojado, porque no la reconocimos? ¿Cuantas veces la hemos tenido delante de nuestros ojos? ¿Cuantas veces hemos visto que esa GRANDIOSA FACULTAD queda demostrada justo delante de nosotros? Y a pesar de ello, no la vimos con todas sus posibilidades, con todos sus prodigiosos efectos. Esta es la razón por la cual hemos dedicado todo este libro a ESTA ADMIRABLE FACULTAD... ¡LA MAXIMA FACULTAD QUE POSEE EL HOMBRE!
Antes de hablarles de cual es esa GRAN FACULTAD del hombre, queremos que se enteren de un incidente que ocurrió en África. Había un explorador que se interno en lo más denso de la selva africana, llevando consigo un buen numero de baratijas para obsequiarlas a los nativos. Entre algunas de las chucherías que llevaba había dos espejos de gran tamaño, que alcanzaban a reflejar la imagen completa de un hombre. Instalo esos dos espejos recargados en dos árboles diferentes y después se sentó para charlar con sus hombres sobre la expedición. De pronto, el explorador observo que uno de los nativosse aproximaba al espejo llevando una lanza en la mano. Al mirar en dirección el espejo, contemplo su propia imagen reflejada y empezó a clavar la lanza en su oponente del espejo, como si se tratara de un enemigo, tratando de darle muerte.
Por supuesto, rompió el espejo en mil pedazos. Mientras tanto, el explorador se encamino hacia el sitio en donde se encontraba el hombre y le pregunto porque había roto el espejo, a lo cual el nativo replico, “el querer matarme. Yo matarlo primero”... El explorador le explico que el espejo no estaba destinado a ese fin y entonces lo condujo hacia el segundo y le aclaro las cosas. “Mira, el espejo es un objeto gracias al cual puedes Ser si tu cabello esta bien peinado, si la pintura de tu rostro luce bien, para ver lo arrogante o musculoso que eres”.
La respuesta del salvaje fue, “¡Ah! Yo no saber”.
Sucede lo mismo con millones de personas. Pasan por la vida luchando contra la vida. Esperan librar una batalla en cada recodo del camino y así sucede. Esperan contar con enemigos y, ciertamente, los tiene. Esperan tropezar con una dificultad después de otra y esa es precisamente la forma en que suceden las cosas. “Si no es una cosa es otra... siempre hay algo”... y así ha sido y seguirá siendo para millones de personas incapaces de reconocer esa GRAN FACULTAN del hombre. Esa FACULTAD TAN GRANDE que podría cambiar por completo a nuestro mundo, permanece tan oculta como los diamantes lo estaban de las miradas del agricultor que los tenia en su propio patio. Millones de personas seguirán llevando una vida simple, ordinaria y miserable, porque esa FACULTAD TAN GRANDE los rehúye y jamás han sido capaces de darle alcance. NO SE PUEDE LUCHAR CONTRA LA VIDA. Usted lo ha intentado; millones de personas lo han intentado y han fracasado. Entonces, ¿cual es la respuesta? LA RESPUESTA ES QUE DEBEMOS COMPRENDER LA VIDA... SI QUEREMOS SACARLE MEJOR PARTIDO.
La parte más sorprendente de esa facultad es que todos y cada uno de nosotros podemos hacer uso de ella. No requiere ningún entrenamiento o educación especiales. No se trata de una facultad que requiera aptitudes especiales para lograr que funcione con éxito. No se trata de una facultad que alguien reclame especialmente para si mismo ni requiere de riqueza o prestigio para hacer que funcione. Es una facultad que se concede a todo ser humano en el momento de nacer, sin importar si es rico o pobre, si ha alcanzado o no el éxito, se nació o no en el barrio más pobre de una gran ciudad. Mientras mas pronto aprendamos a reconocer esta facultad, mas pronto llegaremos al camino principal y permaneceremos en el. Mientras mayor sea el número de personas que lleguen al camino principal sin apartarse de el, mayor será la esperanza que surja en el corazón de los demás, animándolos a seguir este sano patrón de vida.
Millones de personas son incapaces de comprender que cuando entran a una zapatería pueden elegir entre comprar un par de zapatos negros o comprar un par de zapatos cafés; que cuando visitan una tienda de ropa, pueden elegir entre comprar un vestido claro o uno de color oscuro; que cuando encienden la radio, pueden elegir sintonizar una estación, o bien pueden elegir sintonizar otra estación; que cuando van a una nevería, pueden elegir entre pedir un helado de chocolate o un refresco de piña; que cuando van al cine, pueden elegir entre ir a un cine del vecindario o ir a uno que se encuentra en el centro de la ciudad.
Si, es verdad, si usted ELIGE cuando sale de vacaciones ir a la playa en vez de a las montañas, ES USTED EL QUE OPTO POR ESA ELECCION. Cuando adquiere un vehiculo, USTED ELIGE comprar un automóvil de determinada marca, o bien ELIGE comprar un automóvil de otro fabricante. En otras palabras, LA MAXIMA FACULTAD QUE POSEE UNA PERSONA ES LA FACULTAD DE ELEGIR.
Si, usted posee esa facultad, no importa cuales sean sus creencias religiosas. Es usted quien elige los zapatos, el automóvil, el programa de radio, la película, las vacaciones o a su pareja. Posee esa facultad. No había nada ajeno a usted que lo obligara a hacer la elección que hizo. Lo hizo porque esa fue su elección, e hizo esa elección porque ASI LO QUISO. Si la elección fue desafortunada, entonces, por supuesto tratamos de culpar de ello a algo o alguien. Así, algunas personas dirán, “Fue la voluntad de Dios”. Pero, ¿en verdad lo fue? Probablemente todos ustedes estén familiarizados con el viejo adagio, “Ayúdate y Dios te ayudara”. No importa cuales sean nuestras creencias acerca de Dios, es verdad que Dios concede a todos y cada uno de los seres humanos, hombres y mujeres, EL DERECHO DE AYUDARSE A SI MISMOS… O EN OTRAS PALABRAS, EL DERECHO A ELEGIR.
Si elegimos comer en tal cantidad que enfermamos, ¿a quien debemos culpar? Si elegimos conducir nuestro vehiculo a tal velocidad que no podamos controlarlo, ¿a quien debemos culpar? Si elegimos hacer gala de una personalidad detestable y desagradable, ¿a quien debemos culpar? Si tratamos de ser el “hombre o la mujer más ricos del vecindario” y nos convertimos en inválidos, ¿a quien debemos culpar? Si hemos fallado, al ser incapaces de aprender a vivir ¿a quien debemos culpar? ¿A Dios? ¡Ah no! Dios nos ama no lastima a nadie, somos nosotros mismos los que nos lastimamos con el mal uso de esa gran facultad que Dios nos concedió. LA FACULTAD DE ELEGIR.
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