domingo, 6 de junio de 2010

CÓMO ATRAER AL ÉXITO


En las veintiocho lecciones anteriores le hemos ofrecido más información a fondo sobre el tema de la propia realización de la que el individuo promedio recibe en toda su vida.

Pero esas lecciones sólo son peldaños de su recién construida escalera hacia el éxito. Usted, y únicamente usted, podrá lograr cada paso hacia arriba, por medio de la paciencia, el deseo, el valor y el trabajo arduo.

Escuche a Cavett Robert, el máximo orador norteamericano sobre el tema de la motivación:
Todos hemos escuchado la expresión "ascender la escalera hacia el éxito con tanta frecuencia, que su significado se pierde en su simplicidad. Sabe-mos que una escalera no es otra cosa que un instrumento, sencillamente un instrumento que debemos usar para llegar a algún punto de destino. De igual manera, un trabajo es sólo un instrumento que debe usarse para alcanzar nuestras metas en la vida. Vamos a considerar la razón por la cual la esca¬lera es algo tan simbólico.
En primer lugar, una escalera está diseñada para un uso vertical y no horizontal. Debe usarse sólo en dirección ascendente. De igual manera, no es posible usar una escalera si no es ascendiendo un peldaño a la vez. Igual que las personas no adquieren súbitamente el éxito, sino que maduran hasta alcanzarlo, una escalera sólo ofrece un medio progresivo para viajar. Usamos cada peldaño como una base para alcanzar mayores alturas. Si tratamos de evitar un peldaño, es inminente un desastre.
Quizá la similitud más importante entre el propio trabajo y la escalera está en que, en ambos casos, se requiere esfuerzo para ascender. No todas
las personas están dispuestas a hacer el sacrificio de esforzarse para llegar a lo alto de la escalera, pero no puedo concebir a nadie que tenga tan poca ambición que no quiera ascender lo suficiente para huir del congestiona-miento que hay en la base.
De su libro ampliamente leído, Success With People Through Human Engi-neerine and Motivation, el señor Robert le enseñará qué es lo que debe hacer a fin de manejarse con orgullo en su nueva escalera . . .
Allá por el año de 1935 tuve un privilegio que siempre guardaré con aprecio en mi memoria.
Fui invitado a una comida y con gran sorpresa y deleite de mi parte, el ora¬dor era Will Rogers. Ese fue uno de los últimos discursos que pronunció Rogers, ya que unas semanas después él y Wiley Post iniciaron su vuelo alrededor del mundo. Todos sabemos la trágica muerte que encontraron en Alaska.
Ahora bien, el señor Rogers no poseía el sabor erudito o el gusto académi¬co que podría esperarse de uno de los pronosticadores económicos de su época, pero en unas cuantas palabras pronunció uno de los consejos más profundos que jamás he escuchado.
He leído incontables libros sobre el tema del éxito. He escuchado docenas y docenas de discursos sobre el mismo tema. Pero no creo que exista una fórmu¬la más segura o un programa más acertado conducente al éxito, si se sigue en una forma consciente, que el descrito a continuación:
"Si quieren tener éxito", declaró, "es tan sencillo como esto.
"Conozcan lo que están haciendo.
"Amen lo que están haciendo.
"Y crean en lo que están haciendo.
"Sí", repitió, "es tan sencillo como esto".

Ahora vamos a estudiar estos consejos un poco más de cerca.
CONOZCA LO QUE ESTÁ HACIENDO
En primer lugar, deben conocer lo que están haciendo. No hay ningún sus-tituto para el conocimiento.
En nuestro enfoque del conocimiento, debemos entender que la preparación 68 un proceso constante que no tiene fin. Debe moverse eternamente y jamás permanecer estático. La escuela nunca termina para la persona que en realidad desea triunfar. No hay punto de saturación; todos los centros de investigación económica concuerdan en que debido a las fases rápidamente cambiantes de nuestra economía, la persona promedio en cualquier línea de empresa hoy día, 81n importar su campo particular, debe volver a entrenarse cuando menos cuatro Veces a lo largo de su vida. Piensen en esto:
Lo que no sólo era correcto, sino incluso plausible el día de ayer, es dudoso 61 día de hoy y quizá hasta podría estar equivocado el día de mañana. Es un tan¬to decepcionante, lo sé, encontrar que cuando apenas acabamos de aprender un papel en la vida, de pronto se nos exige que representemos una parte completa-mente nueva, sin ensayar, ya que el drama de la vida debe continuar con o sin nosotros.
El conocimiento se acumula con tal rapidez y los métodos de hacer las cosas mejoran a tal velocidad, que hoy día una persona debe correr para mantenerse inmóvil.
Hasta el año de 1900 se decía que la acumulación de conocimientos se du-plicaba cada siglo. A finales de la Segunda Guerra Mundial, el conocimiento se duplicaba cada veinticinco años. En la actualidad, todos los centros de investi-gación nos dicen que el volumen de conocimientos en existencia se duplica cada cinco años. ¿En dónde deja esto a la persona que hoy día piensa que puede per¬manecer inmóvil y aún así sobrevivir?
EL VERDADERO ÉXITO ES UNA JORNADA, NO UN PUNTO DE DESTINO
Las constantes exigencias de reajustes ofrecen hoy día un desafío que nunca antes existió. La preparación ya no es algo que pueda guardarse en un cajón y después olvidarse de ella. El éxito mismo ha adquirido una nueva definición, e incluso podría calificársele como la preparación constante y continua de nosotros mismos para satisfacer los cambios constantes y continuos de nuestro sistema económico. Sí, hoy día el éxito es una jornada, no un punto de destino.
Además, al hacer este viaje lo importante es que debemos avan/.ar constan-temente hacia adelante . . . sí, hacia la realización progresiva de una meta prede-terminada. Y nuestro crecimiento jamás debe tener un fin. Cualquier persona que elige una meta en la vida, la cual pueda lograrse plenamente, ya ha definido sus propias limitaciones. Cuando dejarnos de crecer, empezamos a morir.
HORIZONTES DE CAMBIO
Uno de los misterios más desconcertantes para un niño que recorre cualquier camino, es que jamás pueda alcanzar la línea del horizonte. En la actualidad, ninguno de nosotros podrá alcanzar jamás los horizontes del cambio. Solamente podemos avanzar en su dirección. Estoy seguro de que es una bendición que nuestro alcance excede a nuestra capacidad mental. Si es posible que alcancemos plenamente nuestras ambiciones en la vida, entonces no hemos enganchado nues¬tro vagón a una estrella. Cometeríamos una gran injusticia con cualquier persona si le pintásemos la jornada como una senda de rosas. Es una senda de peregrino, llena de obstáculos y sacrificios. La única promesa que podemos hacer es que si una persona está dispuesta a arrostrar los azares del camino, adquirirá más fuerza a lo largo de la jornada y mantendrá el mismo paso de los tiempos cambiantes.
Estoy seguro de que coincidirán conmigo en que no importa lo bien califi-cada que esté una persona para enfrentarse a los rigores de la vida actual, si se deja adormecer y cae en un sentimiento de falsa seguridad al creer que no nece¬sita ninguna preparación adicional para el futuro, que su jornada alguna vez lle¬gará a su término, y muy pronto descubrirá que se ha perdido en las frustracio¬nes de una manera de pensar de la época medieval.
En muchas ocasiones hemos oído decir que no hay nada en la vida tan po-deroso como una idea cuyo momento ha llegado, como el conocimiento oportuno. Si se quiere que las ideas sean populares y que el conocimiento esté actualiza¬do, deben moverse eternamente, jamás permanecer estáticos.
Y antes que nada, debemos abrazar el principio de que a fin de estar bien informados en estos tiempos cambiantes, debemos aspirar a un programa cons-tante de autosuperación, emprender una jornada interminable hacia nuevos cam¬pos del conocimiento y el aprendizaje.
UNA ÉPOCA DE ESPECIALIZACIÓN
Debido al volumen de conocimientos que hoy día se acumula con tal rapi¬dez, cada vez se vuelve más importante especializarse en algún negocio, indus¬tria o prefesión. No existe un escape posible. Por supuesto, esto no quiere decir que un individuo no deba estar bien informado sobre los fundamentos y gene-ralidades en un sentido más amplio, pero sí significa que además de eso, hasta cierto grado debe estar particularmente enterado de algún aspecto de sus em-presas.
El otro día, un individuo bastante frustrado comentaba: "Ya que cada vez debemos saber más y más acerca de menos y menos, creo que esto también sig¬nifica que cada vez tendremos que saber menos y menos acerca de más y más, lo que igualmente significa que muy pronto lo sabremos todo acerca de nada y no sabremos nada acerca de todo".
¿QUÉ TAN ESPECIALIZADOS ESTAMOS?
El otro día hablaban dos amigos y uno de ellos comentaba.
—Sabes, hoy día las cosas se están especializando a tal grado que la National Biscuit Company incluso tiene un vicepresidente encargado de la producción de galletas rellenas de higo.
—No lo creo —respondió el otro.
—Te lo puedo apostar —añadió el primero.
Así que fijaron la apuesta y después procedieron allamaralaJVati'ona/Búcui't Company.
Uno de ellos pidió.
—Quiero hablar con el vicepresidente encargado de las galletas de higo.
— ¿Empacadas o sueltas? —llegó la respuesta.
Recientemente, el presidente de una de las grandes compañías huleras pro-nunció un discurso. Cuando hubo terminado, la persona que presidía la confe-rencia indicó a la concurrencia que podían hacer preguntas. Un joven sentado en la primera fila pidió la palabra, diciendo, " ¿Sería muy personal si le pregun-tara cómo llegó a ocupar la presidencia de esta gran compañía?"
"De ninguna manera", fue la réplica del presidente. "Trabajaba en una ga-solinera y no hacía grandes progresos. Un día leí que si una persona quería progresar, tenía que saber todo lo que había que saber acerca de su producto, particular.
''Así que durante uno de mis periodos de vacaciones me dirigía a la casa ma-triz y observé cómo fabricaban las llantas. Vi cómo ponían las cuerdas de nylon.
En otras vacaciones me dirigí a África para ver cómo sembraban los árboles de caucho y cómo extraían la base del caucho crudo.
"Así que cuando hablaba de mi producto no decía, 'esto es lo que me dije¬ron' o 'esto es lo que le!' ni 'esto es lo que creo'. No; declaraba, 'lo sé muy bien. He estado allí. He visto cómo ponen esas cuerdas de nylon para fabricar la mejor llanta que hay en el mercado, a fin de proteger a su familia contra la posibilidad de una pinchadura. Los he visto extraer el caucho crudo para fabricar las mejo-res llantas del mundo' ".
Después continuó, "No existe fuerza alguna en el mundo que tenga mayor impacto que la declaración de una persona bien informada, reforzada por la con-fianza y la experiencia".
Un hombre que sabe, y que sabe que sabe, puede hablar con una autoridad que no puede compararse con nada. El mundo le abre paso al hombre que sabe lo que está haciendo.
SÓLO HAY UNA RIQUEZA EN ESTA TIERRA
En una ocasión, Lincoln manifestó: "Mientras más envejezco, más compren-do que sólo hay una riqueza, una seguridad en esta tierra y se la encuentra en la capacidad de una persona para desempeñar bien una tarea". Pero no se detuvo allí, continuó: "Y antes que nada, esa capacidad debe iniciarse con el conoci¬miento".
No basta con un conocimiento superficial. Debe ser un conocimiento capaz de analizar rápidamente una situación y de tomar una decisión inmediata.
En los últimos minutos antes de terminar un partido decisivo, un jugador de defensa hizo la señal equivocada. Se interceptó un pase y el equipo perdió el par¬tido y el campeonato de la conferencia. Eso sucedió un sábado. Para el martes por la tarde, el jugador ya había hecho acopio de valor y se aventuró a salir a la calle. Tenía que ir a cortarse el pelo.
El peluquero, después de un prolongado silencio, comentó: "He estado estu-diando y pensando en esa jugada que hizo el sábado pasado, desde el momento mismo en que la hizo, y sabe usted, de haber estado en sus zapatos, no creo que yo la hubiera hecho".
El jugador de defensa, sin alterar la expresión de su rostro, respondió, "Cla¬ro que no, y si yo hubiese tenido hasta el martes por la tarde para pensar en ello, tampoco la habría hecho".
En esta moderna economía, competitiva y que avanza tan velozmente en nuestros días, a menudo no tenemos tiempo de pensar bien las cosas y de darle una cuidadosa consideración a cada situación, tal y como lo desearíamos.
Pero aun así, repito, no basta con un conocimiento superficial. Es más, una persona que trata de sustituir el conocimiento con "artimañas, artilugios y tre¬tas", por lo general se encuentra con que las consecuencias recaen sobre sí mis¬ma, y se tropieza consigo misma al dar vuelta a la esquina.
Una pretensión de esta naturaleza me recuerda el caso del cazador de cabezas que adquirió un boomerang nuevo y después se pasó el resto de su vida tratando de arrojar el viejo.
Siento una gran lástima por cualquiera que cree que es posible sustituir el conocimiento fundamental con influencias personales o cualquier otra cualidad.
Sí, debemos recordar el sano consejo de Will Rogers. Si queremos tener éxi-to, primero debemos conocer lo que estamos haciendo.
AME LO QUE ESTÁ HACIENDO
Pero el conocimiento, por muy importante que sea, no basta para asegurar el éxito en nuestra compleja sociedad actual. A menudo hemos oído decir, "Un hombre simplemente bien informado es el pelmazo más inútil que hay sobre la faz de la tierra".
¿Cuál era la siguiente declaración de Will Rogers?
No sólo conozcan lo que están haciendo, también amen lo que están ha-ciendo.
¿Para qué trabajamos? ¿Amamos nuestro trabajo, o únicamente trabajamos por dinero? Si sólo lo hacemos por dinero, entonces estamos muy mal retribui-dos, no importa lo que ganemos y, además, durante el resto de nuestra vida sólo seguiremos trabajando por eso.
A todos nos agrada hacer negocios con un optimista. Únicamente podemos ser optimistas si amamos lo que hacemos.
No hay nada que nos resulte más molesto que estar cerca de un pesimista, de una persona que siempre encuentra faltas en los demás y los critica incesan-temente. Todos conocemos a ese tipo; sufre de un mal olor mental. Es un comité de quejas de un solo hombre, siempre en sesión. Critica todo y a todos. Si le preguntan cómo van los negocios, declara: "Pues bien, hice una venta el lunes; el martes no logré vender nada. El miércoles se deshizo el trato que cerré el lu¬nes, de manera que creo que en realidad el martes fue mi mejor día".
Recientemente me encontraba en Boston con objeto de asistir a una conven¬ción, pero después de dos días me pidieron que desocupara la habitación del hotel. Pensé que había hecho mi reservación para una estancia de tres días.
Cuando descendía en el elevador, éste se detuvo en el séptimo piso, pero no sucedió nada. Me sentí irritado, pues tenía prisa para tomar un avión que salía más temprano, así que dije, "Vamos, pronto". No sucedió nada.
De nuevo repetí en un tono de voz firme, "Vamos, suban y dejen que esto siga su marcha".
Todavía no sucedió nada.
Al fin, en voz alta declaré, "Vamos, adelante; perderé mi avión". En ese momento apareció un hombre de aspecto refinado que llevaba un bastón blanco; se trataba de, un invidente que se adelantó con precaución, tan-teando el camir.o.
Me sentí muy mal; tenía que decir algo, de manera que aclaré la voz y pro-nuncié, " ¿Cómo se encuentra el día de hoy?"
"Agradecido, amigo mío, muy agradecido", respondió sonriendo. Me sentí incapaz de pronunciar una sola palabra, casi me ahogaba. Cualquier impaciencia o preocupación que hubiese tenido, simplemente se desvanecieron, convirtiéndose en una insignificancia.
Tenía frente a mí a un hombre que bendecía la oscuridad, en tanto que yo Waldecía la luz. Ya ni siquiera me importaba perder el avión. Esa noche, en mis Plegarias, me encontré orando porque algún día pueda ver tan bien como esa persona.
En realidad, cada mañana al despertar, si no encontramos nuestro nombre mencionado en la columna de obituarios, si no encontramos nuestro nombre mencionado en la columna de obituarios, deberíamos estar tan agradecidos como para sentirnos felices el resto del día.
Podemos expresar algo agradable de cada persona o tema que surge en una conversación. De no ser así, cuando menos podemos guardar silencio. No hay nada que sea absolutamente malo.
Alguien dijo que incluso la mazmorra de Calcuta era fácil de calentar. Allá en Mississippi acostumbrábamos decir que la prohibición era algo terrible, pero que era mejor que no tener nada de whisky.
El otro día escuche que en la conversación salía a relucir el nombre de cierto hombre y alguien, bajando la voz, declaro: “Vamos, ese tipo es un alcohólico consumado”.
La otra persona presente respondió, “Bien, cuando menos no es un desertor”. Sigamos el consejo de Will Rogers; busquemos constantemente una tajada un poco más grande de la vida, unas cuantas hectáreas más del Jardín del Edén. Busquemos los aspectos más felices de la existencia. El gran Will Rogers tenía la reputación de que jamás criticaba a nadie. ¿Por qué? Pues porque jamás conoció a un hombre que no le agradara.

CREA EN LO QUE ESTA HACIENDO
Si Will Rogers declaro, “Conozcan lo que están haciendo, amen lo que están haciendo”.
Pero no se detuvo allí. Prosiguió, “Crean en lo que están haciendo”. Oí hablar de un hombre que llamo por teléfono a un amigo y le dijo, “jake, mañana por la noche ofreceré una pequeña fiesta de cumpleaños, algo informal y quiero que asistas. No observaremos ninguna etiqueta, ven como de costumbre. Simplemente llega hasta la puerta, toca el timbre con el codo y entra”. El tipo replico, “De acuerdo, todo está bien, pero ¿Por qué debo tocar el timbre con el codo?” “jake, por lo visto no me has comprendido. Es mi cumpleaños. No pensaras venir con las manos vacías ¿verdad?”, respondió su amigo. Por sobre todas las cosas, no quisiera que todos ustedes se encuentren con las manos vacías. Si se han divertido con estas pocas anécdotas, si están emocionalmente conmovidos o mentalmente estimulados, no basta con eso.
LO MAXIMO DE LA PERSUACION HUMANA
A fin de que no se encuentren con las manos vacías, en las siguientes frases les ofreceré el principio más importante que existe en la persuasión humana. No hay nada que siquiera le siga de cerca. Si hay algo que vale la pena recordar es lo siguiente:
Las personas se dejan persuadir más por la profundidad de sus convicciones que por la eminencia de su lógica, mas por su propio entusiasmo que por cualquier prueba que puedan favorecerles.
Si pudiese describir en una sola frase el arte de la persuasión, esa frase sería la siguiente, y sé que estaría en lo cierto: la persuasión es convertir a las personas, no, no a nuestra manera de pensar, sino a nuestra manera de sentir y de creer. Y si la creencia de una persona es lo bastante profunda y suficientemente sincera, entonces se mueve en un medio ambiente de aceptación positiva. Tiene una obsesión que no es posible negar.
La persona mas persuasiva del mundo es el hombre que tiene una creencia fanática en una idea, en un producto o en un servicio. El común denominador de todos los grandes hombres de la historia es que todos creían en lo que hacían. Si pudiésemos escoger únicamente una linterna que guiase nuestros pasos a través de las peligrosas arenas del futuro, esa linterna debería ser la luz orientadora de la dedicación.
Se ha dicho que las palabras son los dedos que moldean la mente del ser humano. Sin embargo, las palabras pueden rechazarse, pero no es posible rechazar una actitud positiva que surge de una creencia sincera.
PRIMERO DEBE CREER EN LA IDEA USTED MISMO
A este efecto, he escuchado a muchas personas que dicen, “¿crees en la clarividencia, en la telepatía o en la psicoprediccion? Es algo extraño, pero sabía que esa persona aceptaría mi idea en el momento mismo en que entre. ¿Crees que pudo tratarse de una transferencia de pensamiento?”
La respuesta es demasiado obvia para que requiera una elaboración. La persona que presento la idea ya había hecho una gran venta. Ella misma compro la idea tan a fondo que sus poderes persuasivos eran casi hipnóticos.
Por otra parte, he escuchado a una persona decir, “No puedo explicarlo, pero sabía que el tipo ese no aceptaría mi idea, incluso antes de abrir la boca”. Por supuesto que no lo aceptaría. La persona que presento la idea no creía en ella e irradio su falta de creencia. Simplemente reconocía que no experimentaba ningún entusiasmo por la idea y en consecuencia era incapaz de proyectar entusiasmo alaguno.
Si, les repito, el mundo es un espejo que le devuelve a cada persona el reflejo de sus propios pensamientos, creencias y entusiasmos. Tengo en casa una pintura que un amigo pinto para mí. Representa a un viejo vagabundo sentado en una banca del parque. Tiene las suelas de los zapatos agujeradas, las rodillas del pantalón están rotas y necesita una rasurada. Su cabello luce como si lo hubiera peinado con un batidor de huevo y muerde un popote. Frente a él pasa un Rolls Royce, guiado por un chofer que lleva a un pasajero que luce un sombrero de copa de seda. El vagabundo se le queda mirando con pereza y filosóficamente declara: “Allí, excepto por mí, voy yo”.




NO SE ENCADENE A LA MEDIOCRIDAD
Las únicas cadenas y grilletes que pueden impedir que cualquiera de nosotros realice el sueño de toda una vida son los que nos forjamos nosotros mismos en la llama de la duda y que martillamos sobre el yunque de la falta de creencia en lo que decidimos lo hacemos. Will Rogers, Dios lo bendiga, manifestó:
CONOCE LO QUE ESTA HACIENDO
AMA LO QUE ESTA HACIENDO
CREE EN LO QUE ESTAS HACIENDO

¿En la vida donde podríamos encontrar un compas direccional mejor que este?
No conozco cualidad alguna que pueda ofrecer una formula mejor que podamos seguir, un compas direccional más seguro, que esas tres magnificas directivas de Will Rogers. Estúdielas cuidadosamente y tenga fe en la cualidad que poseen para guiarlo. Solo pueden conducirlo al éxito.

A la larga la calidad de su trabajo será el factor que decida hasta qué grado el mundo valora sus servicios.

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