¿Quién entre nosotros, con nuestra maravillosa visión de "20-20" llamada percepción, no puede recopilar una larga lista de oportunidades perdidas?
¿Las perdió porque en aquel entonces eran irreconocibles para usted?
¿O acaso sabía que estaban allí, pero tuvo la impresión de que no tenía ni la capacidad ni la fortaleza para enfrentarse a ellas? Si recapacitamos, todo eso poco importa, ¿no es cierto? La verdad es que su avión despegó de la pista y usted aún se encontraba parado en la puerta de abordar. Como escribió George Elliot, "Los momentos dorados en la corriente de la vida pasan veloces por nuestro lado y lo único que vemos es la arena; los ángeles vienen a visitarnos y sólo los reconocemos cuando ya han partido". En realidad, si se detiene a pensar en ello, trate de abrirse paso a lo largo de estos semestres no solamente para aprender a tener éxito, sino también para aprender a prepararse para capitalizar la siguiente oportunidad que se presente, o mejor aún, para crear sus propias oportunidades por medio de una actitud men¬tal positiva, que casi con toda certeza le garantizará el éxito. En el terreno de los logros y el éxito, han existido pocos seres cuyas confe¬rencias y escritos hayan afectado a un mayor número de vidas que Maxwell Maltz, el dotado cirujano plástico. Su magnífico estilo de expresarse ha logrado que sea fácil de comprender el complicado tema de la "propia imagen", conven¬ciendo a legiones de sus seguidores de que es posible vivir la vida con orgullo y alegría cuando la vivimos plenamente. Aquí, tomados de su libro The Search for Self-Respect, el doctor Maltz comparte con usted cinco secretos que lo habilitarán mejor para manejar cualquier oportunidad. ¿Qué es la oportunidad, y cuándo llama a nuestra puerta? Jamás llama a nuestra puerta. Puede esperar toda una vida, atendiendo, esperando, y no escuchará ningún llamado. Absolutamente ninguno. Usted es la oportunidad, y es usted quien deberá llamar a la puerta que lo conducirá a su destino. A medida que desarrolle la fuerza de su personalidad, creando una autoimagen con la cual pueda vivir, con un creciente sentimiento de Su propia dignidad, se preparará para reconoced a la oportunidad, para perseguir¬la y atraparla. La oportunidad abarca una extensa área: algunas personas pueden restringir la totalidad de su significado, aplicándolo únicamente al éxito financiero o al tra¬bajo, pero sus oportunidades en la vida son en realidad mucho más vastas que todo eso. La oportunidad también puede significar una defensa contra los senti¬mientos negativos. De igual manera, puede significar desempeñarse bajo presión. Y también puede significar elevarse por encima de la vanidad, la intolerancia y la falsedad, mientras lucha por vivir con dignidad.
Es su oportunidad de convertir¬se en el arqueólogo que excava debajo de los escombros de la tensión y el con¬flicto, tratando de descubrir por sí mismo un sentido de auto aceptación que le concederá una paz interna y un consuelo en nuestro mundo, siempre perturbado y de ritmo acelerado. Puede tener a su alcance la emocionante oportunidad de encauzarse hacia una meta productiva mediante la conciencia creciente de quién es y qué puede ser, y de la forma en que puede canalizar su activo en términos prácticos, hacia el logro de sus metas. Al desarrollar su fortaleza a medida que crea en sí mismo un sentimiento de dignidad, se moviliza para la acción y se coloca prácticamente, en un sentido externo, y emocionalmente, en un sentido interno, en una posi¬ción para aprovechar las oportunidades en el momento adecuado. Refuerza el calibre de su forma de pensar, impulsando sus pensamientos hacia y a través de su imaginación. Entonces, con esa fortaleza interna, avanzará hacia sus metas de logros y felicidad. Usted crea la oportunidad. Usted desarrolla las capacidades para avanzar en dirección a la oportunidad. Usted convierte las crisis en oportunidades creativas, las derrotas en éxitos y la frustración en logros. ¿Con qué? Con sus poderosas armas invisibles; buenos sentimientos acerca de sí mismo, determinación para vivir la vida de la mejor manera posible, y el sentimiento, que únicamente usted puede darse a sí mismo, de que es una persona que vale la pena y es merecedora de todo lo bueno. Debe luchar por el derecho de aprovechar la oportunidad que Dios le conce¬dió de hacer un buen uso de su vida. Y lo logra cuando mentalmente se apoya a sí mismo, en vez de destruirse insidiosamente. Lo logra cuando mentalmente desarrolla sus poderes creativos e imaginativos, en vez de preocuparse por lo que piensan los demás, o de prever interminables desastres. ¿Qué son los exploradores? Hombres conscientes de la oportunidad y de la aventura. Hombres que no temen desafiar a la incertidumbre y que buscan nue¬vos horizontes. Hombres atentos a las posibilidades de expansión- y de innova¬ción. Supongamos que en el año de 1492, Colón hubiese pensado para sus adentros: "Pero, el tiempo podría ser tormentoso", o bien, "Sería mejor no emprender el viaje; podría enfermar de escorbuto". ¿Qué son los inventores? Hombres que ven la oportunidad en donde los demás no ven nada. Hombres cuyos sentidos están despiertos ante las posibilida¬des creativas. ¿En dónde estaría el mundo hoy día si Thomas Edison hubiese sido incapaz de ver la oportunidad en donde los demás no vieron nada, y después de verla, no la hubiese aprovechado? Tiene que dejar de quejarse de su desafortunado pasado o de su mala suerte, y abrir los ojos a las oportunidades que hay para usted. Tiene ciertas limitaciones, es verdad, y no importa quién sea, en ocasiones se tropezará con frustra¬ciones; pero también tiene oportunidades y debe buscar sus poderes creativos, de manera que pueda avanzar hacia ellas. En cierto sentido, se convierte en un Cris¬tóbal Colón, en un Edison; explora e inventa, crea y adapta. ¿Quién le otorga ese derecho? Usted mismo lo hace, porque se respeta a sí mismo.
LA OPORTUNIDAD NO ES SÓLO PARA EL OTRO TIPO
Desde Nueva York hasta California, he viajado de un lado a otro dando con-ferencias, y lo he hecho durante varios años, hablando con miles de personas acerca de las cosas que les preocupan, de manera que, permítanme prever lo que piensan muchos mientras leen esto: "El otro tipo es quien tiene todas las oportunidades. Lo sé muy bien; lo que sucede es que yo tengo mala suerte". O, "Tengo este impedimento, así que corno pueden ver, estoy acabado antes de empezar". O bien, "No tengo ningún derecho de pretender algo como eso. Después de todo, quién soy yo, un don nadie". Esta actitud es contraproducente; debe luchar para superar esta clase de pensamientos negativos, o de lo contrario bloqueará sus oportunidades, igual que un eclipse bloquea al Sol. Debe entender que la oportunidad no es sólo para "el otro tipo". La oportu¬nidad también es una posibilidad para usted, si puede aceptarla y recibirla con agrado. Una planta puede agostarse y morir si no la riegan y si no recibe suficien¬te luz de Sol. Sucede lo mismo con la oportunidad. ¡No permita que la oportunidad muera para usted! ¡No le dé muerte con sus sentimientos negativos! Hoy día, la educación se preocupa grandemente por los niños "en desventa¬ja en nuestras escuelas, y en muchas comunidades hay equipos universitarios que tratan de ayudar a los maestros de las escuelas públicas a mejorar la comunica¬ción entre la escuela, los alumnos y los padres y, por consiguiente, de ofrecerles a esos niños "en desventaja" una oportunidad mayor de ascender en la escala educacional y vocacional. Y bien, como adultos, todos tenemos desventajas, y limitaciones. Si obtene¬mos ayuda, como hoy en día han empezado a obtenerla todos esos niños, mara¬villoso. Si no la obtenemos, debemos no obstante avanzar hacia cualesquiera oportunidades que de alguna manera sean realistas para nosotros. Muchas personas se sientan por allí abatidas, envidiando a los demás, quejo¬sas y resentidas. Si oyen hablar de gente corno Helen Keller, que superó limita¬ciones muy drásticas para aprovechar sus oportunidades para realizarse, dicen que se trata de un caso aislado. Y, ciertamente, en el caso de Helen Keller, sus impedimentos eran tan seve¬ros que quizá sí se trate de un caso aislado.; Aún así, en general, muchas personas que han perseguido y atrapado las Oportunidades, elevándose hasta ocupar puestos prominentes en nuestro mundo, no han seguido un camino muy fácil. Se llevó a cabo una encuesta entre cuatrocientos hombres y mujeres promi¬nentes de este siglo, y los investigadores llegaron a la conclusión de que las tres cuartas partes de esas personalidades famosas tuvieron ciertos impedimentos du¬rante su juventud, como tragedias, incapacidad física o mental, o grandes frustra¬ciones, y que, a pesar de ello, superaron sus problemas para alcanzar una posi¬ción de renombre y ofrecer su contribución a los demás. Tres cuartas partes de esas personas lucharon contra sus impedimentos; ésta es una estadística muy im-portante. Entre aquellos que se levantaron por encima de sus impedimentos hasta el logro y la oportunidad se encuentran Thomas Edison y Eleanor Roosevelt. La oportunidad no es solamente para los demás. Pero usted debe crear su propia oportunidad.
NO LE CIERRE LA PUERTA A LA OPORTUNIDAD
La oportunidad no irá a llamar a su puerta; sin embargo, no debe cerrarle la puerta. Desafortunadamente, es muy común cerrarle la puerta a la oportunidad. Debe estar prevenido contra este tipo de tendencia en sí mismo. Permítame narrarle una historia que ilustra esto Se trata de un médico que le cerró la puerta a una oportunidad de progresar. Ya tenía su título de doctor y deseaba convertirse en cirujano plástico. — ¿Puedo presenciar sus operaciones? me preguntó. Por supuesto. Mañana le respondí— a las ocho a.m. ¿De acuerdo? No me sentí muy seguro de que le hubieran agradado mis palabras "a las ocho a.m.", pero pensé que sólo se trataba de mi imaginación. Asintió con un movimiento de cabeza y añadió. Allí estaré, a las ocho a.m. Cumplió su palabra. Estuvo allí a las ocho a.m., observándome mientras operaba. Comentó que se sentía fascinado. ¿Estaría dispuesto a aceptarlo como alumno mío? Estuve de acuerdo en que yo lo enseñaría. El doctor se presentó unas cuantas veces, expresando su fascinación por la cirugía plástica y por la oportunidad que podría ofrecerle este trabajo. Yo me sentía encantado con su entusiasmo. Pero una mañana no se presentó. A la mañana siguiente, también estuvo ausente. Finalmente, unos días después, llegué a mi consultorio y allí estaba. ¿En dónde ha estado? le pregunté. Me quedé dormido unas cuantas veces me respondió, un tanto avergon¬zado Al despertar, vi la hora y comprendí que ya era demasiado tarde para venir. Así nunca aprenderá manifesté en voz apacible. Lo sé. Dígame, ¿no acostumbra operar por las tardes? Me gusta dormir, y así sería más fácil para mí. Lo siento, siempre opero por la mañana. El paciente acaba de despertar y creo que, desde el punto de vista psicológico, es mejor para mis pacientes. Oh respondió. Y a pesar de la gran fascinación que sentía por la cirugía plástica para él representaba una oportunidad creativa, y no creo que su interés fuera fingido, no siguió adelante. No fue capaz de levantarse a una hora temprana por las mañanas. Le cerró la puerta a su propia oportunidad. Estaba calificado para alcanzar el éxito, pero él mismo se lo negó en sus propios términos. Aprenda de esta historia. ¿Acaso usted, sin saberlo, está bloqueando sus oportunidades? Usted posee este grandioso don de la vida y debe aprovecharlo al máximo. Cuando fracase, y algunas veces lo hará, que eso suceda únicamente des¬pués de que haya actuado en la mejor forma posible y no como resultado de su propia inactividad. Ahora permítame contarle una historia acerca de una mujer que se encarga¬ba de la limpieza de un edificio y que encontró su oportunidad.
UN CANTO DE FELICIDAD
Una noche me encontré con la mujer encargada del aseo en el elevador. Acababa yo de disfrutar mi cena en un restaurante en las cercanías y volvía a casa alrededor de las ocho; tomé el elevador para subir hasta el dieciochoavo pi¬so, en donde vivo. Ella iba armada con una cubeta y un trapeador. Era de pequeña estatura, cerca de los cincuenta años y llevaba trabajando casi diez años en el edi¬ficio, pero nunca habíamos pasado más allá de una leve inclinación de cabeza y un saludo. Y eso fue lo que hicimos esa noche: inclinamos la cabeza murmuran¬do, "hola". Subió conmigo hasta mi departamento, llevando la cubeta y el trapeador, dispuesta a vaciar el cesto de papeles y trapear los pisos. Mientras empezaba a hacer el aseo en las habitaciones del frente, yo me dirigí a la sala. Me instalé cómodamente; fumaba mi pipa y tenía los pies elevados, mientras leía un drama. Ya había olvidado la presencia de la mujer; por mí, podía encon¬trarse en otro planeta. Entonces escuché una tonadilla que venía de la otra habitación, no, más bien era un murmullo. Alguien tarareaba una canción de cuna; era suave, dulce, con un sonido de alegría, algo así como un canto de felicidad. Me levanté del sillón. En la otra habitación, la mujer trapeaba el piso, tara¬reando su tonadilla. Alzó la mirada al verme entrar y una vez más, intercambia¬mos un saludo. ¿Tuvo un día muy ocupado? me preguntó. M, Sí, ¿y usted? Más o menos como siempre. Pero el día de hoy es diferente, ¿no es verdad? ¿Qué quiere decir? Está sonriendo y tararea una tonadilla. Lo hago a menudo, pues eso hace mi trabajo más agradable. Hago la lim¬pieza y canto mientras trabajo, y así soy feliz. Nunca antes la había escuchado comenté. Tal vez no. Y lo que es más continué, nunca antes habíamos charlado. Es verdad. Le pedí que me hablara de ella. Su vida había sido bastante difícil, lo sufi¬ciente como para aplastar a muchos individuos incapaces de soportar la desgracia Y de elevarse por encima de ella para recuperarse. Su esposo, chofer de un ca¬mión del gobierno, falleció en un accidente automovilístico doce años antes. Tenía una hija única, que en la época del accidente sólo tenía nueve años de edad, ahora tenía veintiuno, era soltera y estudiante universitaria. Ella y su hija iban en el automóvil con su esposo cuando se estrelló y él murió; por un verdadero mila¬gro, la mujer y su hija sobrevivieron. Agobiada por el dolor ante la repentina y horrible muerte de su esposo, tratando de consolar a su hija, que a tan temprana edad fue testigo de esa espan¬tosa tragedia que le ocasionó una pérdida catastrófica, ella, no obstante, encon¬tró en sí misma el valor necesario para seguir adelante. Durante muchos años trabajó para sostenerse a sí misma y a su hija, que ahora muy pronto se gradua¬ría en la Universidad de Wisconsin. ¿Y qué piensa hacer después de graduarse? -le pregunté. Se especializó en psicología. Seguirá estudiando hasta obtener su maestría y después buscará un trabajo para dedicarse a la enseñanza de niños desvalidos. ¿Puedo felicitarla? ¿Quiere hacerlo? Así es. Creo que lo merece. Pienso que debería sentirse muy orgullosa de sí misma. Me siento orgullosa. Debería estarlo. Y me siento feliz. Muy bien. Por mi hija. Eso está bien manifesté. Pero creo que también debería sentirse orgu¬llosa de su gran logro, de la forma en que salió adelante con su hija desde que era pequeña y de que usted no le falló. Gracias, doctor.
Sabe usted, nunca antes habíamos hablado, durante todos estos años, pero la he visto de vez en cuando, y de alguna manera ahora me parece que se ve dife¬rente. ¿A qué se debe? ¿Será mi peluca? Oh. Me quedé mirando su cabello. Ah, eso es; por supuesto. ¿Le agrada? De pronto se veía tímida, casi un poco sensitiva; en un instan¬te pareció estar atenta, dependiente de mi opinión, esperando mi aprobación. Me agrada.
¿Me hace ver como una dama? Siempre lo fue. Odio adular a las personas, pero experimentaba un since¬ro respeto hacia ella, lo que me hizo disfrutar mi cumplido. Permaneció allí de pie, junto a su trapeador y cubeta, los ojos brillantes de placer. Ninguna princesa o condesa de la Riviera francesa jamás lució con más orgullo interno. Quería lucir mejor por mi hija. Me siento tan orgullosa por lo que está aprendiendo y por lo que planea hacer con su vida.
Quiere contribuir a ayudar a los niños del mundo, y es sincera en su deseo; después quiere tener sus propios hijos y enseñarlos a llevar una vida útil y a asumir su responsabilidad como seres humanos. Volví a la otra habitación para proseguir con mi lectura; qué extraño, todos esos años yendo y viniendo, saludándonos como personas cuyas vidas no se en¬cuentran en ningún nivel y, de pronto, sabía tanto acerca de esa mujer que tra¬peaba los pisos y hacía el aseo de mi hogar. Quizá algunas personas podrían menospreciarla, pensando que su trabajo era degradante; yo sólo podía sentir un gran respeto por ella, por su valor al levantarse por encima del infortunio conser¬vando su dignidad frente a una tragedia que hubiese aplastado a muchas personas. Volvió a tararear una vez más, suave y dulce.
Feliz. El canto de felicidad de una mujer que se encargaba del aseo. Llevaba una peluca para cubrirse el cabello, pero no necesitaba de ninguna ayuda artificial para cubrir su propósito. Era algo que simplemente estaba allí. En un momento su esposo estaba vivo, en el siguiente muerto, así nada más, pero superó su pena y su terror para ir en busca de otra oportunidad. Y aún más, extendió la mano para encontrar la oportunidad de ayudar a su hija y encaminar¬la hacia una vida que esperaba fuese más fácil de lo que había sido la suya. Aun mientras trabajaba, desempeñando una labor fatigosa, exigente y mal pagada, encontraba la oportunidad de cantar un canto de felicidad.
CÓMO AVANZAR HACIA LA OPORTUNIDAD
Este mundo dista mucho de ser perfecto, no se necesita ser muy brillante para darse cuenta de ello, pero sin embargo, alberga incontables oportunida¬des para alcanzar la satisfacción y la realización. Algunas personas pasan todo su tiempo criticando la cultura norteamericana i y a pesar de que parte de su crítica puede ser bastante válida, a pesar de ello debemos ser pragmáticos. Debemos preguntarnos: " ¿En qué sitio, donde se hayan agrupado los hombres en civilizaciones, se han comportado como ángeles, con una absoluta justicia, un absoluto esfuerzo constructivo y una absoluta her¬mandad y paz mental?"
Incluso la antigua Atenas, cuna de tantos grandes filósofos cuyos pensamien¬tos han perdurado a través de las generaciones, aun ella tenía muy serios defectos como cultura. El peor de ellos era la carencia de un sistema sanitario adecuado, y esa falta contribuyó a difundir una terrible plaga que en gran parte contribuyó a la destrucción de la antigua Atenas. De acuerdo, vivimos en un mundo imperfecto, en una cultura imperfecta, y mientras se instala en su poltrona, después de un arduo día de trabajo, para leer el periódico, todos los alarmantes encabezados lo trastornan aún más hasta que por último, completamente irritado, le lanza el periódico a su gato, pero el gato se escabulle. Ni siquiera él quiere leer acerca de todos los problemas del mundo. Sin embargo, el nuestro también es un mundo de oportunidades. No todas las fronteras ni todas las puertas están cerradas. Todavía podemos mirar hacia adelante y avanzar en dirección a nuevas oportunidades excitantes. ¿Cómo?
1. Mantenga la mirada fija en la luz roja. Me refiero a la luz roja de su table¬ro mental, delante de la cual se detiene impidiendo su propio avance hacia las oportunidades. Desde luego, las luces rojas en la calle son necesarias para nuestra seguridad, pero cuando se detiene a sí mismo, debe preguntarse lo siguiente: ¿me he detenido por razones realistas, porque me estoy adentrando en una zona de peligro, o simplemente me he detenido porque mi opinión de mi mismo es demasiado baja y no creo merecer el éxito? Deje de desperdiciar energía preocupándose por el ayer.
Así como cuidaría su automóvil poniéndole aceite y revisándolo, cuide su vehículo emocional de manera que pueda conducirlo hacia sus objetivos.
Deténgase cuando la luz roja de su tablero mental señale una disminución necesaria de la velocidad, pero cambícela a verde cuando, sin tener ninguna razón verdadera, exceptuando sus sentimientos negativos, se impediría el avance a lo largo del camino principal en dirección a la oportunidad. Deténgase y vuelva a echar a andar, ésa es la forma de avanzar hacia sus me¬tas. A medida que las formule y avance en dirección a ellas, recuerde sus éxitos pasados y lo que es todavía más importante, véalos mentalmente como si estuvie¬sen sucediendo ahora. De esta manera, su éxito nuevamente cobrará vida en su imaginación, y así vivirá y respirará el éxito pasado, proyectándolo hacia el presente. Deténgase, pero después vuelva a echar a andar.
2. Vibraren el presente. El pasado ya ha desaparecido; el futuro es algo des-conocido, pero el presente es real y sus oportunidades se presentan ahora. Tiene que ver esas oportunidades; para usted deben ser algo real. La trampa en esto es que no pueden parecerle reales si su mente está sepulta¬da en pasados fracasos, si continúa reviviendo los viejos errores, las viejas cul¬pas, las viejas tragedias.
Luche para abrirse camino por encima de los incontables traumas inevitables de su ego, huya de un pasado que lo condena y mire hacia las oportunidades del presente. No me refiero a algún momento vago e impreciso del presente, quizá la próxima\a semana o el próximo mes. Quiero decir ahora, en este mismo minuto.
El pasado podría no ser su único obstáculo; el modo de pensar del tipo de "mañana lo haré ", también puede impedirle llegar a sus metas. El anhelo de un nuevo mañana a menudo puede ser poco realista y negativo, sobre todo si espera que un ángel venga a su rescate y oprima un botón mágico para ayudarlo. No hay ningún botón mágico, simplemente sus propios recursos, su propia determina-ción, sus propios sentimientos de que tiene todo el derecho a alcanzar el éxito.
3. -Deje de menospreciarse. Hay demasiadas personas que acostumbran hacerlo. Quizá usted no sea una celebridad, un millonario, un héroe del fútbol o un astronauta famoso. Puede ser admirable como vendedor detrás del mostrador, ama de casa, lavacoches o lavaplatos, recolector de basura o cobrador. Aprenda de mi historia de la mujer encargada del aseo, quien desempeñaba su tarea con orgullo y valor. Una mujer encargada del aseo puede ser un admirable ser humano. Deje de menospreciarse. Si todos fuésemos estrellas de cine, no habría comi¬da en nuestras mesas, ni producción en nuestras fábricas y quizá no habría nadie que viera películas.
Aprenda a aceptarse tal y como es. De lo contrario, jamás será capaz de reconocer la oportunidad. No se sentirá libre para avanzar en dirección a ella; tendrá la impresión de no merecerla.
4. Trate de forjarse metas constructivas. En nuestros días, ya tenemos sufi¬ciente negativismo, suficiente violencia, suficiente cinismo. Ciertos experimentos llevados a cabo en Australia han indicado que a los canguros no les agradan los ruidos fuertes. Y bien, estoy de acuerdo con los can¬guros. Estoy en favor de las personas silenciosas, constructivas y con un propósi¬to determinado, que avanzan hacia sus metas sin innecesarias fanfarrias estruen¬dosas. Conozco a una pareja, que adoptó a un niño; los padres del pequeño falleció-'•'• ron y necesitaba ayuda. Tenía necesidad de afecto, de un hogar. Esa pareja quería ayudarlo, así que lo adoptaron, pero lo hicieron en silencio. No se vana¬gloriaron tratando de demostrar lo admirables que eran. Simplemente lo hicieron. Siento una gran admiración por ellos, tanto por la forma en que se comportaron como por la buena obra que realizaron. También me siento muy orgullosa de mi sobrino Joel; sus metas son silencio¬sa y modestamente constructivas. Busca la oportunidad, una vida más prolon¬gada y tranquila. Asistí en compañía de mi esposa Ann a la ceremonia de graduación en Cambridge, Massachusetts. Nuestro sobrino se graduaba en Harvard y habían llegado miles de personas a presenciar el acto. Tomamos asiento al lado de los padres de Joel en la parte posterior, debajo de un árbol cercano a una calzada de terracería. El sol brillaba en lo alto y hacía calor; en espera de que se inicia¬ra la ceremonia formal, recapacitaba en la charla que sostuve con mi sobrino la noche anterior. Me habló de sus planes. Estuvo becado en Harvard, estudiando química orgánica y ahora estaba a punto de seguir sus estudios para obtener su maes¬tría en química biológica. Me comentó que mi investigación sobre la cicatriza¬ción de heridas, que publiqué hace muchos años, lo emocionó profundamente, influyendo en su manera de pensar hasta el punto de que estaba decidido a dedicarse a la investigación química sobre la vida de la célula.
Me habló de su determinación de dedicarse a la investigación a fin de encontrar alguna pista Para la curación del cáncer, para elaborar un suero que lo evitara. No se trataba de un alarde irracional, de una presunción ostentosa. Discu¬timos ciertos puntos técnicos e intercambiamos opiniones. El muchacho tenía los pies sobre la tierra; su meta se encontraba directamente frente a él. Me sentí muy complacido al ver su callado sentido de un propósito. Esa noche no pude conciliar el sueño; me sentía emocionado ante su determinación, ante la maravilla de su juvenil fe en sí mismo, ante la emoción de la ceremonia de graduación que tendría lugar al siguiente día. Esa ceremonia de graduación fue un tanto tormentosa. Se le permitió a uno; de los alumnos que expresara una crítica del proceso del aprendizaje en una con¬ferencia de diez minutos, durante la cual se dirigió a todo el auditorio y después de su charla cien alumnos, chicos y chicas, abandonaron el lugar. A pesar de todo, la ceremonia continuó y nuestro sobrino Joel, junto con muchos otros jóvenes, recibió su título. Un paso decisivo hacia la ejecución de: sus planes para llegar a una meta constructiva. Un paso adelante en dirección a la oportunidad. Enfréntese resueltamente a Tas crisis. No permita que lo derrote Luche por conservar la calma. Como he escrito en otros libros, incluso trate de superar por completo la crisis y conviértala en una oportunidad creativa. Rehúsese a renunciar a su autoimagen. No importa lo que suceda, debe con¬servar una buena opinión de sí mismo. No importa lo que suceda, tiene que conservar sus pasados éxitos en la imaginación, listos para hacer su aparición en la película que se exhibe en la pantalla de su mente. No importa lo que suceda, no importa lo que pierda, no importa cuántos fracasos tenga que sobrellevar, debe conservar la fe en sí mismo. Entonces, podrá enfrentarse a las crisis con calma y valor rehusándose a inclinarse delante de ellas; entonces no caerá al suelo, podrá sostenerse a sí mismo. Contémplese en el espejo. Es persona es usted. Debe sentir agrado hacia sí Mismo; debe aceptarse; debe ser su propio amigo. Especialmente en las crisis, debe Ofrecerse apoyo. Esa persona que ve en el espejo es usted mismo. No se contemple con sentimientos narcisistas, diciéndose que es el individuo más perfecto, maravilloso y divino sobre la faz de la Tierra, pero sí demuéstrese aprecio. Recuerde otras crisis por las que ha atravesado. Analice mentalmente las que ha superado con éxito, las que convirtió en una oportunidad para madurar. ¡No se defraude!
LA OPORTUNIDAD Y EL RESPETO HACIA UNO MISMO
Son cinco las sugerencias para avanzar en dirección a nuevas oportunidades excitantes. Espero que le sean útiles. Yo creo que así será. En cierto sentido físico, tanto la frontera norteamericana como muchas otras fronteras por todo el mundo están cerradas, pero las oportunidades siguen vigentes. Y no sólo en el espacio exterior. Algunas de las mayores oportunidades adquieren un gran ímpetu en el espacio interno de nuestra mente, antes de que estén listas para lanzarlas a la acción. En el campo de la educación, encontramos que la gente recurre a "máquinas de escribir que hablan" para ayudar a los niños a aprender habilidades tales como la lectura. Un grupo de niños, con la ayuda de ese procedimiento, al final del pri¬mer año de primaria leía a nivel de sexto año, de acuerdo con un examen digno de confianza. Una nueva oportunidad para los niños. ¿Y qué hay para los adultos? Hay incontables oportunidades para los adul¬tos que van en su busca en una forma inteligente, rechazando el enfoque pasivo de esperar a que la oportunidad llame a su puerta, y que en vez de ello desarro¬llan la fortaleza interna que necesitan para descubrir las oportunidades, para avanzar hacia ellas y para saberlas aprovechar. Por supuesto, me refiero a la oportunidad constructiva, no a la clase de opor¬tunismo que los enriquecerá, mientras que pisotean a todo el que se atraviesa en su camino. Esta clase de agresión antisocial y desconsiderada no puede refor¬zar su sentimiento de respeto hacia sí mismo. Ciertamente, una de las mayores oportunidades de toda su vida debe ser un intento directo de desarrollar una actitud respetuosa hacia sí mismo. No basta con respetar a nuestras celebridades culturales, a los dirigentes e instituciones. Para vivir bien, debe respetarse a sí mismo. Al vivir en este inmenso mundo, tan densamente sobrepoblado que algunas personas eminentes temen la posibilidad de una escasez drástica de alimentos en alguna época futura, no somos omnipotentes y en ocasiones debemos transigir o rendirnos. Al rendirnos, debemos ganar. No obstante, debemos rendirnos a la compasión, no al resentimiento. Al valor, rio u la cobardía. A SUS ventajas, no a sus desventajas. Y debe rendirse a la oportunidad que hay en su interior y que usted crea para sí, una oportunidad que lo conducirá hacia una vida más plena y hacia un mayor respeto hacia sí mismo. Persona complicada resulta usted cuando se siente frustrado y, no obstante, confiado, negativo y sin embargo, positivo, orientado hacia el fracaso y a pesar de ello, orientado hacia el éxito; lleva la cuenta regresiva en el espacio interno de su motile y Hit refuerza y después se lanza hacia las oportunidades que se pre¬sentan suI mundo el día de hoy.
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