domingo, 6 de junio de 2010

CÓMO DISFRUTAR UNA VIDA FELIZ


Hace más de mil años, el poderoso califa de córdoba escribió:
Hasta ahora he reinado más de cincuenta años en la victoria o en la paz, amado por mis súbditos, temido por mis enemigos y respetado por mis aliados. Riquezas y honores, poderío y placeres solo han esperado mi llamado, ni parece faltar a mi felicidad ninguna bendición terrenal. En esta situación, he numerado cuidadosamente y con diligencia los días de la felicidad pura y genuina que me han cabido en suerte. Suman catorce.
Los filósofos, hombres sabios y poetas se muestran casi unánimes en su conclusión de que la meta final en la vida es ser felices y, no obstante, la felicidad, para la mayoría de los seres humanos, es una mariposa que cuando se persigue, siempre esta fuera de nuestro alcance, ¿Por qué? ¿Qué hay en esta condición, gratuita para todos, que la convierte en algo tan raro? ¿Y qué debemos hacer, o dejar de hacer, a fin de permitir que el sol brille mas en esos sombríos días de nuestra vida?
Nuestra nación fue la primera en toda la historia del mundo que incorporo la palabra “felicidad” en dos documentos básicos de su fundación. Fue un esfuerzo digno de alabanza de parte de varios hombre muy sabios, pero doscientos años de experiencia han demostrado que el hecho de concedernos la libertad para disfrutar de la felicidad no ha sido garantía alguna de que así sucediera.
El éxito y la felicidad a menudo van unidos como metas, como si el logro del primero automáticamente garantizara la segunda. Pero no es así. Todos conocemos a individuos con éxito que se sienten desdichados.
¿Se puede tener éxito y a la vez ser feliz? ¡Sí! En esta lección tomada de su libro, The Power ofMaturity, Louis Binstock le presenta cinco sentidos espirituales que son tan importantes para su vida como los cinco sentidos físicos de vista, oído, olfato, gusto y tacto. Combine esos cinco sentidos importantes con los secretos para alcanzar el éxito que ha aprendido en esta universidad, y su vida estará llena hasta los bordes de alegría, amor y logros…
Muchos de nosotros conocemos la historia de El Motín del Bounty, o la hemos visto en cualquiera de sus dos versiones cinematográficas. Quien puede olvidar la voz de mando de charles Laughon, llamando, “! Señor Christian!”, sumándose a las injusticias que desataron el motín, acaudillado por Clark Gable.
En realidad hubo un motín en un buque real, llamado el Bounty; La causa del motín parece que fueron las inhumanas acciones del capitán Bligh; pero entre líneas, podemos adivinar otros factores. Ciertamente, uno de ellos era la creencia entre los maltratados marinos ingleses de que podían encontrar un paraíso permanente en alguna bellísima isla como Tahití, en donde con anterioridad habían permanecido durante una temporada maravillosa. Allí, en medio de un balsámico clima de días soleados y noches de luna, viviendo del generoso seno de la Madre Naturaleza, podían terminar sus días entre un pueblo nativo feliz, sin necesidades ni preocupaciones.
Tal y como resultaron las cosas, los amotinados no se atrevieron a permanecer en Tahití, a donde podían llegar otros buques ingleses, la mayoría termino sus días en la isla Pitcairn, lamentándose de su aislamiento y encontrando que la vida no era tan fácil como pensaron que seria, no obstante, de haber permanecido en Tahití, sin que nadie los molestara, ¿se habrían sentido felices? La respuesta más segura es no.
Cuando se trata de huir del mundo, puede dejarse atrás los cielos grisáceos de las regiones más al norte, las responsabilidades del trabajo, las deudas y a todos aquellos que alguna vez nos han molestado, pero se lleva consigo a si mismo. ¿Qué es un hombre civilizado que ha huido a una isla del trópico? Es alguien cuyo temperamento y pensamientos en general, cuyas emociones y ambiciones básicas, cuyos deseos y temores fundamentales siguen siendo los mismos. Quizá descubra que es feliz. Sin embargo, en ese caso se trata de un hombre capaz de sentirse feliz en cualquier parte, porque se siente feliz consigo mismo. Básicamente, la felicidad depende de lo que usted es como persona, no del lugar en donde vive.
Como alguien expreso muy acertadamente: si Jesús entra por la puerta, es Jesús quien sale por la puerta. Si Judas entra por la puerta, es Judas quien sale por la puerta.
Cuando Joe E. Brown actuaba en el papel estelar en la obra Harvey, le pedí que me dijera cual era la línea del libreto que más le agradaba. Lo supo al instante, una línea pronunciada por el atolondrado y feliz amigo de Harvey; “Siempre paso momentos maravillosos en donde quiera que me encuentro y con quien quiera que me encuentro”.
Joe era una de esas personas que saben que un hombre crea su propia felicidad. No tiene que dejar su felicidad dependa del sitio en donde se encuentra ni de las personas que lo rodean. Más bien, su felicidad depende de su propio enfoque a ese lugar y esas personas.
Y tampoco la encontraran, necesariamente, en la posición o en el disfrute de las cosas. Muchas veces he visto que cuando un hombre se encuentra poderosamente a traído hacia las cosas materiales, le es difícil evocar una relaciones felices con las demás. “inquieta se siente la cabeza que lleva una corona” ya que la corona y toda sus responsabilidades y peligros siempre pesan más que los simples placeres de la vida. Hay muchas clases de coronas. Apenas el otro día comí y es poseedor de una inmensa fortuna. Esta en términos íntimos con cientos de hombres como él y, según me comento, ninguno de ellos eran feliz. Siguió la plática examinando la razón por la cual todos los millonarios son infelices y no sorprendí al averiguar que eso depende de cuestiones muy personales. Como reglas general, esos hombres parecían sostener relaciones imperfetas con sus esposas e hijos. Sus dineros los había llevado a una forma de vida que les ofrecía esas relaciones tan diferentes y nada que pudiera comprar el dinero sería capaz de enmendar el daño causado.
De ellos no se infiere que el dinero tenga que ocasionar la infelicidad, ni que la pobreza, o el hecho de apenas tener el dinero suficiente, ocasione la felicidad. Y tampoco que la verdad inevitable sea precisamente lo contrario. La felicidad siempre es una cuestión personal. Un hombre verdaderamente rico y maduro dejas permitirá que su dinero le amargue la vida. Un hombre pobre o de medianos ingresos y verdadera mente maduro, es enteramente capaz de ser feliz. En última instancia, su vida es lo que usted hace de ella.
La literatura y el saber popular del mundo están lleno de historia que llenarlas lo vana que puede ser la búsqueda de la felicidad. Más bien la felicidad en una bendición que cae sobre nosotros a medida que avancemos; un tesoro que encontramos incidentalmente.
El pájaro azul, de Maurice maeterlinck, nos habla de una historia así. Tyltyl y mytyl, el hijo y la hija de un leñador, tiene en su hojar un mirlo que guarda en una jaula. Sin embargo, lo que desea es el pájaro azul de la felicidad y parte de su humilde choza en busca de ese fabulo pájaro azul. Puesto que la historia es una fantasía, en ella los pequeños viajan a través de muchas tierras, incluyendo a la tierra de los que han muerto y a la tierra de los que están por nacer finalmente, regresan desengañados y desalentados. Solo para encontrar que la felicidad se encuentra al otro lado de su puerta. El mirlo, prestando al pequeño enfermo de una vecina, gradualmente se convierte en un pájaro azul. Por fin los niños comprenden que el pájaro azul de la felicidad siempre estuvo en su hojar. A menudo un hombre esta convencido de que sería feliz cuando alcance determinada meta y en ocasiones así sucede. Pero con frecuencia no es así, ya que una de las formas de impedir que nos sintamos felices es fijarle condiciones a la felicidad, ósea, declarar, “así podré ser feliz”
Y “así no podre ser feliz”. A menudo se puede observar este fenómeno entre las madres. Primero dirán, “cuando Johnny salga de la primaria, ¡me sentiré tan feliz!” y lo son durante algún tiempo, pero al año siguiente se las escucha decir a sus amistades, “ cuando Johnny termine la preparatoria !Me sentiré tan feliz!” Y lo son, por lo menos durante un verano. La graduación de Johnny en la universidad ocasiona el mismo resultado igual que el matrimonio de Johnny y el nacimiento del primer hijo de Johnny, cuando mama se convierte en una extática abuela, y ese sentimiento puede continuar hasta que se convierte en niñera. Si mama no ha aprendido la forma de ser feliz entre una y otra de sus bendiciones, no conoce gran cosa acerca de la felicidad.
La palabra serendipity del idioma ingles, acuñada por Horace Walpole, se define como la buena suerte para hallar cosa valiosas por casualidad, mientras la persona se dedica a otra cosa. A menudo sucede lo mismo con la felicidad. Algunas personas pasan por la vida buscándola, pero sin hallarla jamás. Otras dedicadas al fiel desempeño de sus tareas cotidianas o a hacer el bien a sus semejantes, encuentran que son decididamente felices.
Vamos a aclarar que no hay que confundir felicidad con placer .El placer podría consistir en una experiencia sexual muy satisfactoria, pero si se obtiene como parte de una relación adulterada engañosa, la infelicidad solo espera para sentar sus reales. Una persona puede obtener un sorprendente triunfo, alguna meta importante que ha alcanzado después de años de intentarlo, pero si el logro de esa meta deja cicatrices de un daño tanto físico como emocional, entonces no se logra una felicidad real. La felicidad fluye en lo mas profundo; es una de las corriente subterráneas de la vida. El placer es transitorio, como bellas burbujas que ascienden hasta la superficie, en donde podemos admirarlas brevemente antes de que se deshagan.
Quizá el contentamiento este mas cerca de la felicidad; no obstante, en realidad es algo mas, recuerdo una vieja historia llamada Bontsche the silent (Bontsche, el silencioso) desde el día de su nacimiento hasta el día de su muerte, bontsche fue víctima de toda clase de infortunios. Conoció la pobreza y la miseria, el rechazo y la persecución, pero jamás se quejo. (Mi propio comentario sobre esta historia: el hecho de no quejarse no siempre es una virtud. Quizá solo demuestre una falta de conciencia respecto a lo que para una persona es posible en la vida). Al morir, compareció delante del trono celestial para ser juzgado y entonces se dejo escuchar una voz Divina que le informo que su estancia en la Tierra había sido ejemplar por su santidad y que como recompensa podría tener todo lo que deseara en lo más profundo de su corazón. Bontsche vacilo, y después de pensarlo, finalmente tartamudeo, “podría por favor darme un panecillo con mantequilla cada mañana a la hora del desayuno? “ tan menesteroso fue que esa era su máxima idea de la felicidad.
La felicidad debe ser importante para usted. Debe estar consciente de su capacidad para la felicidad y jamás condenarse como alguien “destinado al sufrimiento” o a una interminable depresión.
Sin embargo, en su comprensión ulterior de la felicidad, debe saber que existe una felicidad animal y una felicidad humana. La felicidad animal es esencialmente física y la felicidad humana es primordialmente mental y emocional. ¿Cómo puede proporcionarle felicidad a un perro, a un gato o a un caballo? Pues asegurándose de que tenga una alimentación adecuada, un sitio adecuado para vivir, una atención afectuosa y libertad para vagar y retozar. En breve, el animal se siente feliz con los mismos factores que hacen feliz a un niño de la raza humana.
El incidió más seguro de la inmadurez en un ser humano es que se contenta con una felicidad animal. En el caso de los niños, eso es de esperarse; sabemos que se interesan primordialmente en divertirse, en atiborrarse de golosinas, en recibir. Solo a medida que empieza a llegar la madurez, el niño muestra evidencia de sentimientos que no son completamente egoístas y que también incluyen la alegría de dar. Ahora ya puede sembrar las semillas de una felicidad profunda y madura. En ningún momento de su vida tiene necesidad de negar su interés en los placeres físicos, aunque sí observara cierto sentido de equilibrio. No obstante, concederán un grado más elevado del aspecto cerebral a su concepto de la felicidad y así encontrara que es más profunda y maduramente feliz.
Ahora explicaremos algunos criterios muy definidos acerca de la felicidad. Una vez más, observara que muchos de los factores que tantas personas consideran como esenciales para la felicidad están relacionadas más de cerca con un placer pasajero. Pero no hay nada que pueda definirse en un patrón completo de blanco y negro. Vamos a empezar con cinco criterios que parecen muy deseables, y que, no obstante, no son la esencia de una genuina felicidad.
VIDA
Desde luego, sin vida no puede ser feliz. Al mismo tiempo, el solo hecho de estar con vida no es una razón suficiente para la felicidad. El antiguo brindis hebreo, “¡A la vida!” no pretende referirse sólo a la cuenta de los propios años, sino que más bien se refiere a hacer que éstos cuenten. Es un brindis a la vida que se vive en un plano mucho más elevado que el plano animal. Los antiguos sabios tenían una forma de hablar que puede resultar un tanto enigmática para los no iniciados. Sin embargo, si conoce el verdadero significado de algunas de sus viejas máximas, entonces sabrá que se encuentra cara a cara con la verdad. Así que preguntaban, “como llega a vivir un hombre?” y la respuesta era “muere”. Esto quería decir que un hombre debía acabar con todo lo que hubiese de repugnante y mezquino en sí mismo, a fin de vivir verdadera y dignamente.
También preguntaba, “como llega a morir un hombre?” y la respuesta era, “vive”. Esto significa que si se vive en una forma egoísta, como un animal, preocupándose solo por los propios placeres y sin conceder ningún pensamiento a la verdadera felicidad, acabara en una forma muy efectiva con todo lo que vale la pena.
¿Recuerda la obra de Oscar Wilde, El Retrato de Dorian Gray? Además de hacer referencia a una pintura que tiene algo de magia, traza el retrato hablado de un hombre que se destruyo a sí mismo por su forma de vivir. Su idea de la felicidad era saturar la vida con la satisfacción de todos sus instintos animales; comer y beber como un glotón; satisfacer sus pasiones sexuales siempre y en donde fuese posible; llenar cada día con la mayor cantidad posible de esparcimiento y la menor cantidad posible de trabajo.
De esa manera, Dorian Gray se destruyo a sí mismo. La parte más triste de la historia es que en gran parte es autobiográfica. Oscar Wilde, a pesar de su gran talento, jamás conoció la felicidad madura. En De Profundis, una obra escrita mientras se encontraba en la cárcel de Reading, le escribió la siguiente frase a su amigo, Lord Douglas: “Solo nos encontramos en fango”. A la postre, Wilde comprendió lo que había hecho consigo mismo al revolcarse en el fango. Entonces ya era demasiado tarde para que llegara hasta la cima de una montaña espiritual, en donde el terreno es firme y el aire es puro, en donde la perspectiva siempre es amplia y se puede ver muy claro a lo lejos.
De manera que tener vida es tener la oportunidad de encontrar la verdadera
440) Felicidad. Decir que alguien es feliz simplemente por que esta con vida es implorar una pregunta vital.

ÉXITO

Mi Libro, The Road to Successful Living, se inicia con las siguientes palabras:
El fracaso mas conspicuo de nuestros tiempos es el éxito. Ninguna otra época en toda la historia de la humanidad se ha ocupado tan febrilmente del éxito; ninguna época ha hecho jamás un alarde tan ostentoso del él. La realidad a la promesa de “cosas buenas” impregna nuestra perspectiva del mundo; casi por doquiera la abundancia ha reemplazado o empezado a reemplazar a la pobreza. Pero continué señalando que esta misma época nuestra ha contemplado:

…uno de los desengaños más recurrentes de la humanidad, una de las grandes lecciones no aprendidas de la historia. El éxito no crea la felicidad… Durante el medio siglo se ha enseñado, tanto a través de preceptos como ejemplos, que el éxito material (la distinción de la adquisición de fama y dinero, posición y poder), es la meta mas importante en la vida…El éxito material es lo que posee un hombre; el éxito espiritual es lo que es; y hemos tenido la tendencia en englobarlos, o suponer que la felicidad era el producto de la riqueza. Y se nos ha demostrado que estamos equivocados.

Antes hablamos de la clase de madre que sigue poniendo condiciones a la felicidad, atando esas condiciones al progreso de la vida de su hijo. El hijo, si adquiere el punto de vista de su madre, él mismo experimentará problemas para demostrarse a sí mismo que alguna vez fue feliz y que no simplemente estuvo en espera de la felicidad. Cuando estaba en la escuela primaria, soñaba con la felicidad a nivel de la secundaria y la preparatoria. Al descubrir que sus estudios de secundaria o preparatoria le exigían determinadas cosas, sólo ansiaba llegar a la universidad, su sueño dorado. Al encontrarse con que la vida universitaria implica algo más que festivales de canción y partidos de futbol americano, anheló la felicidad de tener un trabajo una vez que tubo un trabajo… Pero usted puede ver la secuencia de esto.
Volvamos al tema de las metas. Es más sencillo fijarse una meta específica, como hacer un millón de dólares o llegar a la presidencia de una gran corporación, que una meta general tal como no perder una solo oportunidad de ayudar a nuestros semejantes. Conozco a un hombre que pensaba que seria feliz si pensaba que llegaba a reunir cien mil dólares para cuando cumpliese los 40 años de edad. Logro reunir esa cifra antes de los 40 años y fijo su meta a un nivel mas elevado. Al alcanzarlo, quería un millón; obtuvo su millón y quería más. ¿Era feliz? No podía descansar; quería más, más y más. Era otro de esos hombres que llegan a preguntarse desconsolados por qué no pudieron dominar una habilidad tan sencilla como llevarse bien con su esposa y con sus hijos. ¿Fue feliz alguna vez Alejandro Magno? Aún cuando podemos recordar sus conquistas, lo recordamos más como un hombre que falleció a los treinta y tres años de edad infeliz porque ya no quedaban más reinos por conquistar. ¿Fue alguna vez feliz Napoleón? Quería poder y adquirir el poder pero nunca fue suficiente. Nunca es suficiente. Y falleció en el exilio, frustrado y solitario.
441)
De manera que muchas cosas dependen de la propia definición del éxito. En ese sentido la persona que conoce la felicidad profunda y madura ha alcanzado el éxito en la vida. No obstante, haga a un lado todas las definiciones ordinarias del éxito cuando lo relacionen con la felicidad.

SEGURIDAD
¿De que clase de seguridad hablamos aquí¿ una vez mas, debemos tomar la palabra seguridad dentro del significado que tiene para la mayoría de gente; seguridad financiera.
¿Quién la tiene? en primer lugar debemos descartar a los millones de persona que cada noche concilian el sueño, si es que pueden dormir, con un ultimo pensamiento de preocupación por si podrán pagar sus deudas, reunir el dinero de la renta, contar con conservar su trabajo el tiempo suficiente para pagar su refrigerador… y cualquier otro pensamiento que crónicamente va unido al hecho de no tener suficiente dinero.
¡Usted quizá suponga que quienes tienen una buena provisión de dinero deben sentirse seguros! ¡Ay!, no es así. Para los inmaduros, la ´´seguridad financiera`` es una expresión tan relativa, que difícilmente puede decidirse que exista. Algunos de mis lectores quizás pueden recordar la oleada de suicidios que tuvieron lugar por toda Wall street durante la época de la gran bancarrota en 1929. Posteriormente, los registros mostraron que muchos hombres que saltaron desde las ventanas de sus oficinas ni se habían quedado en la miseria ni estaban cerca de ella. Pero el hecho de verse reducidos de multimillonarios a poseedores de uno cuantos cientos de miles de dólares es mas de lo que algunos hombres pueden tolerar.
Y tampoco un hombre rico tiene que perder su dinero a fin de demostrar lo poco hace por el en el sentido de ofrecerle una verdadera seguridad interna. No es nada insólito que un hombre que posee millones le entregue a su esposa una mísera mesada. Un famoso multimillonario, que alcanzo el éxito fabricando ciertos refrescos gaseosos muy populares en todo el mudo, se sentía casi histérico cada vez que tenía que firmar un cheque para el pago de sus impuestos. He escuchado decir, ‘’se tiene seguridad, o bien, no se la tiene``. Esto es cierto cuando hablamos de la única seguridad real, de la seguridad interna. Sin embargo quienes no la tienen puede buscarla y a menudo la encontraran, una vez que saben que la felicidad no se mide en dinero ni en amistades ni en ninguna otra cosa que pueda desvanecerse.

AMOR APASIONADO
Los antiguos maestros consideraban que nuestra sagrada escritura se preocupaba primordialmente por el amor espiritual, el amor del hombre hacia Dios. Del amor del hombre hacia el hombre como su hermano.
Entonces, ¿Qué debemos decir del cantar de los cantares? He aquí un peón alabando el amor joven y físico, narrando, aun cuando en términos delicados y velados, los encantos femeninos y los impulsos sexuales. ¿Como es que este libro un tanto profano se abrió paso hasta el canon bíblico? Entre otras explicaciones (bastante improbable), los eruditos han dicho que después de 442) todo fue diseñado para enseñarnos el significado del verdadero amor maduro. Centran sus interpretaciones en las siguientes líneas:
Porque el amor es tan fuerte como la muerte…
Muchas aguas no pueden extinguir al amor.
De manera que el amor apasionado y juvenil, mas adelante, puede llevar a convertirse en un amor maduro y profundo. El amor puede llevarse más allá la juventud y, en sus propios términos mas adecuados, perdurar para la vida a pesar de los estragos del tiempo y de las circunstancias. En el amor puede convertirse en madurez, con la cual enfrentarnos con todas las circunstancias.
El amor apasionado tiene su lugar; negar las pasiones de la juventud sería negar la naturaleza humana. Solo recuérdese que esta clase de amor, que para muchos es la única clase de amor que existe, no tiene ninguna relación firme con la felicidad.
Desafortunadamente, el amor apasionado es un amor más dramático que maduro, mas visible, mas fácil de tratarse en las canciones y en las historias. El desfile de éxitos musicales siempre esta saturado al tope de canciones de amor a un nivel romántico, si no es que apasionado. Las historias de amor perduran a través de los años. Los amores juveniles contrariados siempre serán un tema par el novelista y el poeta. El amor apasionado puede ser un gran manantial de placer; y también puede ser fuente de gran tortura, ya sea que los dos enamorados descubran que después de todo son dos personas diferentes o que entre en escena el fatal terco. La persona madura puede disfrutar de un amor apasionado, pero sabe que es transitorio no es un siento adecuado para la felicidad. Los jóvenes maduros pueden amarse profundamente uno al otro y, sin embargo, su felicidad es un factor que pugna más allá de su pasión.
En el seno de una familia puede existir un profundo amor aunque también haya constante altercados. Conozco a muchos hijos que aman a sus padres, pero que de alguna manera tienen que discutir con ellos. Ciertamente, esta clase de amor no causa la felicidad a ninguna de ambas partes.
Paz
La obra Peace of Mind, de Joshua Liebman, se publico hace más de veinte años y la paz sigue siendo una cuestión tan individual como la descripción que en ella hace. Ciertamente, no existe una paz general, ya sea interna o externa. A pesar de nuestros grandes avances en diversos frentes del progreso material, todavía nos vemos desgarrados por tensiones internas y vivimos ahora con terrores especiales, al saber que un movimiento en falso podría despoblar la tierra. Con todo esto, debemos comprender que no puede existir una condición tal como una paz absoluta sobre la tierra, exceptuando la paz de la tumba. Una vez más, cito de mi libro The to Successful Living:
La paz de la vida no puede ser perfecta y tampoco puede ser permanente. La esencia misma de la vida es el movimiento y el movimiento siempre tropieza con la resistencia; la resistencia significa conflicto. La guerra armada puede 443) cesar algún día, y esperamos sea pronto; pero los conflictos de la humanidad jamás se resolverá totalmente. La paz sobre la tierra en el sentido político es una posibilidad concreta, quizá incluso una necesidad, pero la absoluta paz mental personal para todos los hombres y en todas partes es una ilusión de miles y, además, una ilusión peligrosa.
El hombre maduro sabe que únicamente alguien que vive como un vegetal, privado de los procesos vitales de pensar, sentir y aspirar a algo, podrá tener paz mental. Pero eso no significa que un hombre activo no pueda disfrutar de cierta felicidad. Algunos de los hombres y mujeres más genuinamente felices que conozco están involucrados en asociaciones y actividades que alteran sus días y perturban sus noches. Al entregarse a si mismo a los demás, al trabajar con afán sin recibir paga alguna en bien de causas nobles, por muy desagradable que pueda ser su trabajo, encuentran una felicidad desconocida para quienes solo buscan la paz, mientras nuestras mentes estén activas, nuestro corazones sensitivos y nuestras almas prosigan su búsqueda, siempre estaremos ocupados en remodelar nuestro medio ambiente de acuerdo con el deseo de nuestro corazón. El descontento no tiene que despojarnos de nuestra felicidad. Hay una gran sabiduría en la palabra descontento divino.
Hemos examinados cinco valores vitales que muchos dirán que son básicos para la felicidad humana. Hemos visto que, por lo menos dentro de su concepción general esos valores no son en realidad la escancia de la felicidad.
¿Cuáles son entonces los valores permanentes que si cuentan para la felicidad? Ahora procederé a ponerlo por escrito en un programa positivo para el logro de la felicidad. Son el sentido del ser, el sentido de pertenecer, el sentido del significado, el sentido de creer y el sentido de dar. Podríamos llamarlo los cinco sentidos espirituales que corresponden a los cinco sentidos físicos tan conocidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Los sentidos físicos nos proporcionan grandes capacidades como el placer; los sentidos espirituales pueden guiarnos hacia la verdadera felicidad.

EL SENTIDO DE SER
En su libro The Importance of Living, Lin Yutang nos recuerda que las tres grandes religiones de china, el confucianismo, el taoísmo y el budismo, comparten en común un enfoque muy terrenal y de sentido común a la búsqueda de la felicidad. En secuencia, el chino maduro era una persona que jamás se permitía unirse a tal grado de su pensamiento que ahogara todas sus emociones, o envolverse tan completamente en una idea, un ideal, una filosofía o una fe, que dejara de apreciar su propio ser, la alegría de estar meramente con vida. Simplemente ser, de despertar por la mañana; contemplar la gloria y la grandeza de este mundo; satisfacer un apetito sano; experimentar el funcionamiento normal del cuerpo; charlar con los amigos; contemplar el resto de los seres queridos, esa es la felicidad suficiente. El chino maduro, en contraste con su hermano occidental, ofrece a sus emociones y a sus instintos un reino mucho mas libre; esta menos sujeto a inhibiciones y restricciones. Igual que el personaje de la obra musical que canta, “disfruto al ser una mujer joven”, él disfruta simplemente por ser hombre. Ser un gran privilegio, incluso si 444) usted es incapaz de grandes pensamientos o de grandes logros. Lea la biblia, en particular algunos de los salmos y el cantar de los cantares, encontrara el mismo enfoque de la vida y al amor.
Como reconocerá cualquiera que lea el libro de Ling Yutang, él es demasiado profundo para oponerse al uso del intelecto. Más bien, nos dice que nuestro mundo occidental ha concedido tal importancia al intelecto, que ha degradado al sentimiento. No le pide al hombre que renuncie a los procesos cerebrales que hacen de él un ser humano, sino únicamente que disfrute, al mismo tiempo, de sí mismo a un nivel de ser, el cual puede ser feliz con lo que es.
Le pregunte a una religiosa muy brillante de la iglesia católica qué es la felicidad. Des pues de meditarlo cuidadosamente, en esencia su respuesta fue, “todos somos tan inquietos que no logramos descansar, mirar hacia el interior mas que hacia el exterior; permitió que nuestros ojos se pose en la naturaleza así como en el hombre”. Y continuó, “para ser felices debemos poseer el sentido de ser, sabiendo siempre que formamos parte de un mundo maravilloso, reflexionando en la alegría de nuestro propio ser, física, mental y emocionalmente; meditando en los misterios del universo, maravillándonos ante la magia de la naturaleza humana”.

Conozco a algunas personas que han desarrollado el arte de la sociedad. Cuando los demás se esfuerzan en “encontrar algo que hacer” durante sus ratos ocio, esas personas encuentran la felicidad sentándose a solas en un parque para admirar los arboles y escuchar los trinos de las aves; o dándole largos paseos, deleitándose bajo el sol y el viento. Esto es mucho más que el simple hecho de estar vivo. Es saborear en toda su plenitud la esencia de la vida de ser. Es una comunión con la propia fortaleza interna y al mismo tiempo una “sintonización” del propio yo con la naturaleza que esta mas allá y por encima de nosotros. Ser es la experiencia total, el fundamento mismo de la vida feliz.

EL SENTIDO DE PERTENECER
Hace un una generación, Eugene O´Neil nos entregó su obre The Hairy Ape. En ella retrataba a un fogonero de pecho velludo, parecido a un simio, llamado Yank, quien paleaba carbón en la sala de maquina de un transatlántico.
En mis propias palabras, tratare de acercarme a la forma de hablar de Ynak quien pregunta a sus compañeros fogoneros: “¿Qué tienen que ver con nosotros todos esos patanes que viajaban en cabina de primera clase? Somos mejores hombres que ellos, ¿no es verdad? ¡Por supuesto! Uno solo de nosotros acabaría con toda esa multitud, de un puñetazo. Pongan a uno de ellos aquí abajo durante un turno en la boca del horno. ¿Qué sucedería? Se lo llevaría en una camilla esos tipos nos sirven para nada, solo son bultos. Pues bien, entonces nosotros si pertenecemos, ¿no es así? Nosotros pertenecemos y ellos no; eso es todo”.
Un día Yank, curioso, vagabundea por la sección de pasajeros de la primera clase en la parte superior del barco. Accidentalmente, tropiezan cara a cara con una bellísima joven aristocrática de modelos refinados. Sorprendida y sobresaltada al verse frente a la figura de ese hombrón musculoso, con el tórax cubierto de vello y de rostro vacuo, da un paso hacia atrás, con una repulsión y un rechazo obvios. Muestra la clase de temor que cualquiera experimentaría al encontrarse con un feroz mono velludo en medio de la selva.
445) Esta es una experiencia muy dolorosa para Yank. Lentamente trata de salir adelante en esa situación, que en términos nada incierto, le dice que él no pertenece realmente; que en verdad no pertenece a la raza humana.
En la última escena encontramos a Yank en un zoológico, hablando a través de los barrotes de una jaula con un gorila encerrado en ella. Yank le dice al verdadero meno velludo, “tiene suerte ¿sabes? Tú no perteneces con ellos y lo sabes, pero yo pertenezco a la vez no, ¿entiendes? Ellos no pertenecen conmigo y eso es todo”. Yank abre la jaula y le dice al gorila, “¡Sal de allí y ven a estrecharme la mano! Te llevare a dar un paseo por la quinta avenida y los borraremos de la faz de la tierra y gritaremos con la voz enronquecida al compás de la banda que toca. Vamos, hermano”. El gorila apresa a Yank entre sus enormes brazos y lo aprieta hasta darle muerte. Al morir, Yank jadea: “estoy acabado; ni siquiera él cree que pertenezco”. Y después del grito final y desesperado, típico de muchas personas perdidas: “Cristo, ¿en donde me bajo? ¿En donde tengo cabida?”.
El hombre es un animal gregario y gregario en algo más en el sentido físico. No solamente desea mezclarse con los demás; también desea mezclar sus pensamientos con los pensamientos de los demás, trabajar en compañía de los demás hacia el logro de aspiraciones comunes, y ser aceptado como un miembro digno de grupos humanos tales como la familia y la comunidad. En lo que concierne a esos grupos, también incrementamos nuestro sentido de pertenecer al unirnos a los demás; nos convertimos en miembros de una religión particular, en ciudadanos de una nación particular. Por encima de todo, pertenecemos a nuestros semejantes y ellos nos pertenecen al compartir la membrecía en la humanidad; nos interesamos los unos en los otros y ese interés básico surge a pesar de las disputas y en las incomprensiones.
Yank, ese gran niño musculoso, encontró que solo pertenecía a un nivel en compañía de los fogoneros. La mayoría de nosotros encuentra el sentido de pertenecer en varios niveles; sin embargo, muy copos somos capaces de soportar un rechazo que nos deja sin ninguna orientación, como si nos hubiesen despojado de un sitio para erguirnos en el mundo. Esto puede suceder a un niño cuando inicia su vida consciente sin que a su alrededor haya un sentimiento de amor. Quizás jamás logre superar esa desorientación básica.
Incluso aquellas que volaron más el sentido altamente individual de ser, saben que al unirse a los demás se adaptan más y mejor para el disfrute de la vida. Pertenecer es siempre una parte constante de la felicidad y la madurez solo medra en quien sabe como compartir su mundo; que sabe como pertenecer.

EL SENTIDO DEL SIGNIFICADO
Percibir el propio significado en el mundo se parece muy de cerca a pertenecer. En particular si relacionamos el significado con el propósito y el logro dignos.
De manera que a un hombre le ayude a sentir que tiene un significado cuando su trabajo tiene un significado. Richard Cabot publico una lsita de siete requerimientos para un buen trabajo, entre los cuales los últimos cuatro son particularmente significativos:
446) 4. una posibilidad de realizarse, de construir algo y de reconocer algo que hemos hecho.
5. un titulo y un lugar que sean nuestros.
6. una relación con alguna institución, una empresa o una causa a la cual podemos servir lealmente.
7. relaciones honorables y placenteras con nuestros compañeros de trabajo.

Continúa diciendo que a todos nos agrada “cree que nuestras intenciones, nuestras esperanzas, nuestros planes, nuestra comida y bebida cotidianas nos han pasado por nosotros en balde, ya que hemos fundado su valía en algún logro tangible que le sobrevive… Necesitamos algo que mostrar por nosotros mismos, algo que demuestre que nuestros sueños no son importantes”.
Una esposa tiene necesidad de sabor que en su labor de trabajo doméstico tiene un gran significado para su familia. Un niño necesita saber que tiene un significado en la vida de sus padres y se le puede lastimar en forma permanente si se le hace sentir que solo es otra boca que alimentar, solo otra molestia que no puede evitarse. Una persona a la que ayudamos, de vez en cuando debe tener la oportunidad de ayudarnos en alguna forma de manera que perciba el significado que hay en el lado de dar de la vida.
En To Let, uno de los varios tomos de The Forsyte. Saga John. Galsworthy retrata a dos viejos servidores cuya única labor en el cuidado de un miembro muy anciano de la familia Forsyte. Esa labor especial se convierte en su orgullo especial. Según mi propia experiencia, ha visto a una cocinera o a una doncella que han pasado años ayudando a medias y molestando a medias a una familia, con su trabajo negligente y perezoso y que de pronto se convierte en trabajadoras afanosas y conscientes cuando la familia realmente llega a depender de ella.
El significado de una vida puede asirse tan firmemente que llegue a trascender más allá de la vida misma. Una de las líneas más conocidas de los discursos del finado Martin Luthr King es: “si un hombre no tiene algo digno de morir por ellos, no es apto para vivir”. No todos encontraran la felicidad del significado a ese nivel tan trascendental pero todos podemos encontrar el significado de encontrarnos con la humildad en asuntos que están más allá de nuestro trabajo cotidiano.
ELSENTIDO DE CRECER
Uno de los mayores infortunios en la vida humana es un retraso en el crecimiento. Esto es particularmente cierto en el caso de retraso físico, porque siempre es visible. He visto muy de seca la agonía de niños y niñas que debido a ciertos defectos están condenados a nunca crecer mas allá de un metro veinte de estatura, y es necesario decírselos. Y los he visto desarrollar un enfoque maduro a su penosa condición, hacer a un lado la autocompasión y convertirse en los individuos más felices dentro del círculo de sus jóvenes amigos. Incluso desarrollan un sentido de humor acerca de su aflicción. Convierte en una desventaja en una ventaja. Desde el punto de vista de madurez, crecen en su interior.
Una de las comunidades más felices que jamás he visto fue una escuela para niños mental y emocionalmente retardados. Alguno de los padres más felices 447) que he conocido han sido las madres y padre de niños retrasados. Es verdad que algunos niños retrasados son felices por que son incapaces de sentir los disgustos y las tentaciones que contribuyen a la infelicidad, pero aun así, entre los niños retrasados el sentido de crecer es un sentido de felicidad. El hecho de aprender a emplear unas pocas palabras nuevas, de comprender que se ha ganado un amigo o de desarrollar, después de muchos intentos, alguna habilidad pequeña, pero útil, es un crecimiento significativo y delicioso para esos niños. También es la base de la utilidad, de pertenecer, de significado. Ver crecer aun cuando sea un poco a sus hijos retrasados es una de las mayores alegrías para los padres.
En nuestra época, el crecimiento intelectual se ha convertido en algo de ‘’moda``, la aceleración y la expansión del aprendizaje para niños normales. En la actualidad ahora se inicia durante los años pasados en el jardín de niños. El creciente número de clase para adulto en muchas materias es otro indicio del impulso progresista de la educación.
Sin embargo el incrementar nuestro crecimiento emocional, aun es un problema difícil de resolver. En medio de un mundo tan densamente saturado de injusticia y crueldad, de odio y de violencia, ¿Cómo vamos acrecer con cridad, compasión, misericordia, indulgencia y amor? El desarrollo de este crecimiento emocional (y espiritual) en la meta de todas las grandes religiones. Es algo básico para el crecimiento de la madurez que, tal como sabemos, es en si un crecimiento constante.

EL SENTIDO DE DAR
¿Qué es exactamente dar? En el sentido físico, por lo común equivale a entregarle parte del excedente de nuestras posesiones, por lo general a alguien que lo necesita. Este puede ser un movimiento mecánico. El dinero puede hacer el bien n importa de donde proceda y no importa con que espíritu se de. El verdadero dar incluye una dadiva que surge del interior. Debe ser una dadiva del corazón junto con la dadiva de la mano. El dinero puede ser su signo externo innecesario pero quien en realidad da, sabe como dar también una parte de si mismo.
Cualquiera que tome parte del manejo de las campañas de caridad sabe que hay forma para obtener mayores contribuciones. En una gran ciudad el comité de dirección de arcón de la comunidad, descubrió, que cierto comerciante prosperó y eminentemente solo había donado la suma de 500 dólares para la caridad anual, así que fueron a visitar a ese hombre.
“Señor X” le dijeron, “sabemos que usted es uno de los hombres mas buenos y justos de la ciudad ¿no cree que es parte de su responsabilidad, junto con el resto de la comunidad, hacerse cargo del indigente, del invidente, del anciano y del huérfano?”
“Sí”, respondió el señor X. “no es que no crea en sostener agencias de caridad, pero lo siento mucho simplemente no soy un hombre caritativo. Sé que otro en mi posición dan mas pero yo doy lo que doy y eso es todo”.
Los directores sonrieron y su portavoz comento, “antes, nosotros pensábamos igual y tuvimos que aprender permitimos ayudar a aprender la forma de convertirse en un hombre caritativo, descubrirá que hay una gran felicidad

450)…ocasiones, que los guíe hacia los tesoros que realmente importan, orgullo, paz mental, satisfacción y un sentido de logro.
Ciertamente, no habrá dejado de observar dos temas paralelos que han seguido su curso a todo lo largo de estos diez semestres. El primero de ellos fue que usted puede alcanzar tanto éxito y riqueza como desee, siempre y cuando esté dispuesto a combinar los talentos naturales que Dios le concedió con sus conocimientos recién adquiridos y estar decididos a pagar el precio en tiempo y esfuerzo. El segundo tema, tan importante como el primero, es que el éxito sin la felicidad es un estado del ser que no tiene valor alguno.
El éxito el verdadero éxito ¿vale la pena toda esa lucha? Decídalo usted mismo con la ayuda de esta lección de despedida tomada del libro de Howard Whitman, Success Is Within You.
Y hágase a si mismo una ultima pregunta al despedirse de esta fabulosa facultad que gustosamente he compartido con usted gran parte de su sabiduría: “¿en donde estaré dentro de 5 años a partir de esta fecha, se aplica todo lo que he aprendido hasta aquí?”.
Recientemente vi un anuncio en el periódico, que rezaba: “puede dejar de fumar exactamente en cuarenta y tres días, ¡no se necesita fuerza de voluntad!” que típico de esto en una época en la cual las virtudes, entre ella la fuerza de voluntad, se han convertido en algo no solamente insólito sino también en algo impopular. De alguna manera, a finales del siglo XX hemos llegado a creer que en nuestra espectacular era hemos aprendido mucho mas que toda la humanidad que nos precedió, que podemos descartar el pasado, arrinconar las realidades y considerar a las virtudes como antigüedades interesantes pero inútiles. En nuestra actitud hacia el éxito, casi hemos convertido a las virtudes en vicio. Hemos menospreciado con nuestro desdén muy del siglo XX, cualidades tales como el trabajo arduo, la perseverancia, la minuciosidad, la diligencia, la conciencia, la aspiración y la ambición. Incluso hemos llegado a considerar a algunas de ellas como algo neurótico. En el mundo cotidiano en el trabajo, en vez de buscar hombres jóvenes que ardan en ambición, hemos clasificado a este tipo como “personas que tratan de impresionar” y hemos tachado su afán como un demerito en su contra.
Hace algunos años un hombre joven a quien conocí cuando era niño allá en Ohio, llego a nueva york para probar su suerte en el periodismo. Encontró trabajo en uno de los grandes diarios de la ciudad y puesto que me consideraba como una especie de mentor, iba a visitarme ocasionalmente par pedirme concejos y para informarme de sus progresos. Por mi relación con ese joven cuando era niño (fui su concejero en un campeonato), sabia que se trataba de un tipo concienzudo con un poderoso deseo de dejar su huella en este mundo. Así que no me sorprendí, en los primeros informes de sus progresos, me conto lo bien que le iba y las incontables palmadas que había recibido. Pero después de unos pocos meses cambie la perspectiva y fue a visitarme desconsolado para informarme que no le iba del todo bien. Poco después, un día me llamo para decirme, con un espíritu sombrío que lo habían despedido. E pregunte cual era la razón y todo lo que pudo decirme fue que un hombre de mas edad que trabajaba en la mesa de redacción y que le había brindado su amistad, le explico: “no te preocupes por ello, muchacho, lo hiciste muy bien. El único problema es que trabajabas demasiado arduamente. Temía 451) que quisiera llegar a editor”.
No hay duda alguna de que el trabajo arduo sino es siempre es causa de un despido, cuando menos puede hacerlo sumamente impopular en una época en la que se ha entronizado el esfuerzo mediocre. No se supone que deba estar ansioso por impresionar a los demás; no se supone que deba correr tan a prisa, que sea tan ambicioso en la persecución de ese anticuado y desgastado premio llamado éxito.
Y no obstante en un extraño fenómeno que los individuos mismos que desdeñan el éxito parecen desearlo desesperadamente para si mismo. El autor de un libro que condena el materialismo no este menos interesado en el pago de sus regalías que cualquier otro autor. E educador que no quiere que sus alumnos se empeñen en adquirir buenas calificaciones y honores, no obstante, se esfuerza hasta donde le es posible en logra esa promoción a una superintendencia con sus dos mil dólares adicionales al año. Los padres jóvenes que entren en los veinte y los treinta años de edad están impregnados de psicología moderna y no quieren que sus hijos sean materialistas ni ambiciosos, tienen una forma de llegar a convertirse n padres de cuarenta años que espera que sus hijos hagan un “buen” matrimonio, que vivan en casas “elegantes” en los suburbios y en breves, que tengan éxito.
Hay una razón para esa inconsistencia en lo que muchos de nosotros alabamos y aquellos en lo que en verdad creemos. El desbastador ataque del éxito jamás debió dirigirse contra el éxito, sino contra las falsas nociones del éxito. No solo habíamos arrojado al bebe junto con el agua de la bañera, sino que ni siquiera fuimos capaces de distinguir la diferencia entre ambos. Se ha hablado mucho de una vida nociva e improductiva que en la oscuridad paso por un “éxito”. Por supuesto no es otra cosa que un frasco envuelto en un disfraz para una mascarada. Pero el éxito mismo, el verdadero éxito, sigue siendo tan verdadero como siempre, igual que una buena ley sigue siendo buena no importa cuantas veces la violemos. Por supuesto hemos violado en éxito: pero no por eso es una meta menos autentica, ni porque muchos hallan sido pistas falsas y hallan fracasado en alcanzarlo.
Cuando la acción norteamericana de psicología se reunió durante el otoño de 1955, se hizo la acostumbrada investigación para encontrar una definición verdadera vasta de la salud mental. El doctor Frank Barron, de la universidad de california, adelanto una definición que, como comento un observador, “era insólito porque sonaba como algo muy común”.
Los cuatro ingredientes para la salud mental, según el doctor Barron, era:
1. Carácter e integridad;
2. Inteligencia;
3. Habilidad para fijarse una meta, mantenerla a la vista, trabajando hacia su logro con una forma perseverante y eficiente;
4. Buen juicio para evaluar la realidad, la probabilidad y el conocimiento de si mismo.
La salud mental, igual que tantas de las exploraciones del hombre moderno, en esta definición cerró el círculo completo, la definición no hacia mención alguna 452) de “desajustes”, “compulsividad” o “perfeccionismo”. En vez de ellos enumeraba virtudes tradicionales que se recomendaba a los jóvenes como pautas para vivir mucho tiempo antes de que naciera Freud y, ciertamente, mucho antes de que la salud mental se convirtiera en un movimiento nacional. Una reseña de la junta de3 los psicólogos señalo: “los factores enumerados por el psicólogo Barrón como indicadores de una buena salud mental podrían haber sido citados por cualquier filosofo moral de la antigüedad.
Hay algo inherente en la naturaleza del hombre (colocado allí por el creador y que esta mas allá del poder de eliminación de cualquier teórico), que le sirve de acicate hacia la expresión de su mejor esfuerzo, hacia el empleo de sus facultades y la lucha, que lo recompensa con la satisfacción de un trabajo bien desempeñado. Tendemos a medir nuestra propia valía y a dirigir nuestro respeto hacia nosotros mismos por lo mucho que logramos y por lo buenos que somos en nuestro trabajo. De no ser así, el mundo aun seguirá avanzando laboriosamente en carretas tiradas por bueyes, arando la tierra con estacas curvadas y vistiendo con las pieles sin curtir de los animales. La satisfacción interna es nuestra recompensa inherente por el logro que nos aguijonea para hacer lo mejor, ya sea o no la idea de los profetas sociales.
Se ha llamado al siglo XX el siglo del hombre común. Esta denominación surgió en una forma bastante lógica como consecuencia de las guerras, la depresión y la reorganización social que señalaron la primera mitad del siglo. Pero esperamos que una parte de la segunda mitad entronice al hombre competente, junto con el hombre común. La competencia es una cualidad que no gravita hacia ninguna posición social ni privilegio; no es uno de los accesorios de la riqueza y tampoco es algo que pueda compartirse. Esta en donde la encuentre, es algo innato, brilla sobre ya sea que habite en una mansión o en un barrio bajo. Por consiguiente, es una de las cualidades mas en armonía con la democracia, pues los mas encumbrados no tienen mayores derechos a ella que los mas humildes. En su búsqueda todos los hombres son iguales. Les brinda la oportunidad a todos y cada uno de los hombres con la misma incorruptible paridad.
Hemos rehuido al éxito, virtualmente hemos conspirado en su contra, hasta el grado de poner en peligro nuestra época y nuestra civilización. Hemos confundido la democracia con la “mediocracia”, tratando de alcanzar un nivel nuestro de medianía como nuestro ideal cultural. Ahora debemos estar cada vez más claro para muchos que así perdemos los mejores frutos de la democracia: la libertad y la oportunidad de cada individuo para dar rienda a todo lo mejor que hay en el, para lograr todo lo que sea posible y para recibir todo el reconocimiento por ello.
André Malraux, el escritor y filósofo francés, después de explorar los embrollos del intelectualismo moderno, y como una nueva medida de nuestra época, nos ofrece la simple expresión de “el hombre es lo que logra”.
Ciertamente, ese movimiento hacia el logro es la vida, que nos demuestra su vitalidad. Si podemos elegir metas que en verdad queremos perseguir por nuestro propio bien y por motivos honestos y tenemos tanto el valor como la competencia para proseguir en la búsqueda, entonces somos poseedores de la clase de éxito que podemos descubrir como “real”. De hecho, podemos ser ricos con o sin dinero.
453) En una ocasión el poeta Carl Sandburg declaro, “antes de conciliar el sueño, dígase a si mismo, ‘aun no he alcanzado mi meta, cualquiera que sea y hasta que no lo haga me sentiré incomodo y hasta cierto punto infeliz’. Cuando la alcance buscare otra”
Este es el movimiento hacia delante de la vida. Es la cadencia del éxito. El éxito no es un club exclusivo; esta abierto para cada individuo que tiene el valor de elegir su propia meta de ir en pos de ella. De este movimiento hacia adelante es de donde surge el crecimiento humano y de ellos se deriva la esencia humana conocida como carácter.
Quizás el propósito final de la vida misma es poner a prueba el espíritu humano, desarrollar algo mejor a partir de el, algo mas cerca de la perfección. El éxito máximo del individuo, por lo tanto, no se encuentra en los resultados materiales de sus afanes, ya que civilizaciones enterad han quedado sepultadas en las arenas y el polvo y, sin lugar a duda, mas civilizaciones se derrumban encima de ellas, formando un interminable cúmulo. Pero despue3s de ellas, ¿que es lo que viene a sumarse al espíritu humano? Ese es el kit del asunto, ya que después de la arena y el polvo solo queda el espíritu humano para seguir adelante. A cada individuo, a todo lo largo de su vida, se le confía su fragmento de esa esencia humana, para que sea la chispa de su propia existencia desde el momento de su nacimiento hasta su muerte.
¿es un hombre rico?¿ha enriquecido el espíritu de la vida que le fue concedida?.
¿Ha alcanzado el éxito? ¿ha logrado que la chispa brille con mas fulgor?.

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