domingo, 6 de junio de 2010

COMO CONVERTIR SUS DESEOS EN ORO


Cuando ANDREW CARNEGIE, fundador de la industria del hierro y el acero en Estados Unidos, se encontraba en el apogeo de su poderío, fue entrevistado por un joven muy formal de una revista de negocios que se publicaba en toda la nación. Durante esa entrevista, Carnegie solapadamente dejo deslizar algunas sugerencias sobre el misterioso poder superior que usaba; una ley mágica de la mente, un Principio psicológico muy poco conocido que podía obrar grandes maravillas.
NAPOLEON HILL escucho ansioso mientras Carnegie sugería que sobre ese único principio se podría construir la filosofía de todo el éxito personal, ya sea que se midiera en términos de dinero, poder, posición, prestigio, influencia o fama.
Cual era el secreto de Carnegie? Posteriormente, Napoleón Hill lo publico BH un libro que se convirtió en el mayor éxito de ventas de todos los tiempos en el mundo entero entre los libros publicados sobre el tema del éxito, titulado Think and Grow Rich! Esta lección, que se tomó de ese libro clásico, trata de la aplicación de la formula mágica de Carnegie en lo que atañe a la riqueza, aun cuando también los ayudara a alcanzar cualquier meta, siempre y cuando su deseo sea suficientemente poderoso.
ANDREW CARNEGIE estaba convencido de que gran parte de lo que se ensena en las escuelas no tiene valor alguno para ayudar al individuo a ganarse la vida 0 acumular riquezas. Sinceramente creía que si su formula pudiera ensenarse en las escuelas publicas y en las universidades, revolucionaria todo el sistema educativo. Desafortunadamente, sus esperanzas jamás han llegado a realizarse, pero nos sentimos muy orgullosos de incluir su secreto en esta Universidad del Éxito.
¿Le dará resultado? Solo usted puede responder a esta pregunta. Recuerde, no hay limites para su mente, excepto aquéllos que usted reconozca. . .
Cuando Edwin C. Barnes descendió del ferrocarril de carga en East Orange, Nueva Jersey, hace mas de cincuenta años, pudo haber ofrecido la impresión de ser un vagabundo, pero sus pensamientos eran los de un rey! Mientras caminaba desde las vías del tren hasta la oficina de Thomas A. Edison, su mente no dejo de trabajar. Se veía de pie en presencia de Edison y se escuchaba pidiéndole al señor Edison una oportunidad para llevar a cabo la única obsesión absorbente de toda su vida, un ardiente deseo de convertirse en socio de negocios del gran inventor.
El deseo de Barnes no era una esperanza! ¡No era un anhelo! Era un vehemente deseo que trascendía de todo lo demás. Era algo definitivo.
Unos pocos años después, Edwin C. Barnes se encontraba de pie delante de Edison en la misma oficina en donde conoció por vez primera al inventor. En esta ocasión, su deseo se había traducido en una realidad. Estaba asociado con Edison. El sueño predominante de toda su vida se había convertido en una realidad. Barnes alcanzo el éxito porque eligió una meta definida y dedico todas sus energías y toda su fuerza de voluntad, todo, para alcanzar esa meta.

NINGUNA FORMA DE RETROCEDER

Transcurrieron cinco años antes de que apareciera la oportunidad que buscaba. A todos, con excepción de si mismo, daba la impresión de que solo era UH engrane mas en la inmensa maquinaria de negocios de Edison, pero mentalmente. Él se considero el socio de Edison cada minuto de todo ese tiempo, desde el primer día en que empezó a trabajar allí.
Este es un notable ejemplo del poder que tiene un deseo definido. Barnes alcanzó su meta porque más que cualquier otra cosa en el mundo, quería ser socio de negocios del señor Edison. Creo un plan mediante el cual lograría ese propósito, pero quemó todos sus puentes tras de si. Se mantuvo firme en su deseo hasta que llego a convertirse en la obsesión predominante de toda su vida Y, finalmente, en una realidad.
Cuando se dirigió a East Orange, no se dijo a si mismo, “Trataré de convencer a Edison para que me dé un trabajo de cualquier clase”, sino que declaro?
"Iré a visitar a Edison y le informaré que he venido a asociarme con él”. No dijo, “Mantendré los ojos abiertos por si se presenta otra oportunidad en caso de que no logre obtener lo que quiero en la organización”, sino que declaró, “Solo hay una cosa en este mundo que estoy determinado a poseer, y esa cosa es una asociación de negocios con el señor Edison.
Quemaré mis naves detrás de mi y apostaré todo mi futuro a mi capacidad de lograr lo que quiero”. No dejo tras de si ninguna ruta posible para retroceder. Tenia que ganar 0 perder! Y eso es todo lo que hay detrás de la historia del éxito de Barnes!



QUEMO SUS NAVES

Hace largo tiempo, un gran guerrero he enfrento a una situación en la cual era necesario que tomara una decisión que asegurara su triunfo en el campo de batalla. Se encontraba a punto de enviar a sus ejércitos a combatir contra un poderoso enemigo, cuyo número sobrepasaba con mucho al de sus propios hombres. Embarco a sus soldados en sus naves, se hizo a la mar para dirigirse hacia el país enemigo en donde desembarco soldados y pertrechos y después dio la orden de quemar las naves que los llevaron hasta allí. Al arengar a sus hombres antes de la primera batalla, les informo “Como ven, nuestras naves se han convertido en humo. Eso significa que no podremos abandonar estas playas con vida a menos de que triunfemos! Ahora no tenemos otra elección, se trata de ganar. . . o perecer.
¡Y Ganaron¡
Cada persona que triunfa en cualquier empresa debe estar dispuesta a que. muy sus naves y a cortar todos los caminos de retirada. Únicamente así podemos Ester seguros de conservar ese estado mental conocido como un ardiente deseo de triunfar, que es esencial para el éxito.

A la mañana siguiente del gran incendio de Chicago, un grupo de comerciantes se encontraba de pie en la calle State, contemplando los humeantes restos de lo que un día antes eran sus almacenes. Celebraron una conferencia con objeto de decidir si intentarían reconstruirlo todo o si abandonarían Chicago para, volver a empezar en una sección más prometedora del país. Llegaron a una decisión, todos con excepción de uno de ellos: la de abandonar Chicago.
El comerciante que decidió quedarse y reconstruir, señalo con el dedo hacia los restos de su tienda y declaro, "Caballeros, en este mismo sitio construiré los almacenes mas grandes de todo el mundo, no importa cuantas veces queden reducidos a escombros.
Eso sucedió hace casi un siglo. Se construyeron los almacenes y hoy día se yerguen allí como un imponente monumento al poder de ese estado mental que conocemos como un ardiente deseo. Para Marshall Field, lo más sencillo habría sido hacer exactamente lo que hicieron sus compañeros comerciantes. Cuando la marcha fue ardua y el futuro parecía tan deprimente, dejaron de luchar para dirigirse a algún otro lugar en donde las cosas parecían más fáciles.
Tome nota de esta diferencia entre MARSHALL FIELD y los demás comerciantes, porque es la misma diferencia que prácticamente distingue a todos aquellos que triunfan de quienes fracasan.
Todo ser humano que llega a una edad en la cual esta capacitado para comprender el propósito del dinero, experimenta el deseo de poseerlo. EI solo deseo no proporciona las riquezas, pero el deseo de la riqueza con un estado mental que se convierte en una obsesión y después el planeamiento de formas y medios definidos para adquirir la riqueza, todo ello respaldado por una persistencia que no reconoce el fracaso, eso si atrae la riqueza.


SEIS PASOS QUE CONVIERTEN LOS DESEOS EN ORO

El método mediante el cual el deseo de riqueza puede transmutarse en su equivalente financiero, consiste en los seis siguientes pasos definidos y prácticos:
1. Fíjese en la mente la cantidad exacta de dinero que desea. No basta simplemente con decir, “Quiero mucho dinero”. Sea definido en cuanto a la cantidad.
2. Determine con exactitud lo que pretende dar a cambio del dinero que desea. (No existe una realidad tal como “obtener algo por nada”).
3. Establezca una fecha definida para la cual pretende poseer el dinero que desea.
4. Cree un plan definido para realizar su deseo y empiece a ponerlo en practica de inmediato, ya sea que esté preparado o no para entrar en acción.
5. Escriba una declaración clara y concisa de la cantidad de dinero que pretende adquirir, un limite de tiempo para su adquisición, manifieste que es lo que pretende dar a cambio del dinero y describa con claridad el plan mediante el cual pretende acumularlo.
6. Lea su declaración escrita en voz alta, dos veces al día, una vez justo antes de retirarse a dormir y otra al levantarse por la mañana. A medida que la lee, véase, siéntase y crease ya en posesión del dinero.
Es muy importante que siga al pie de la letra las instrucciones descritas en estos seis pasos y es especialmente importante que observe las que aparecen en el sexto párrafo. Quizá se queje pensando que es imposible que “se vea en posesión del dinero” antes de tenerlo realmente. Es aquí en donde vendrá en su ayuda un ardiente deseo. Si en verdad desea el dinero tan vehementemente que su deseo se ha convertido en una obsesión, no experimentara dificultad alguna en convencerse de que lo tendrá. El objeto es desear el dinero y estar tan decidido a tenerlo que llegue a convencerse a si mismo de que así será.

PRINCIPIOS QUE VALEN 100 000 000 DE DOLARES

Para los no iniciados, que no fueron educados según los principios de como funciona la mente humana, estas instrucciones podrían parecer impracticables Para todos aquellos que son incapaces de reconocer la solidez de estos seis pasos, quizá les seria útil saber que la información que ofrecen surgió de labios de Andrew Carnegie, quien se inicio como un humilde trabajador en las féb1‘iGHS de acero, pero que a pesar de sus modestos principios se las arreglo para lograr que esos principios le redituaran una fortuna considerablemente mayor de cien millones de dólares.
Tal vez también les seria útil saber que los seis pasos que recomendamos aquí fueron cuidadosamente estudiados por THOMAS A. EDISON, quien les otorgó el sello de aprobación, declarando que no solo son los pasos esenciales para la acumulación de dinero, sino también para el logro de cualquier otra meta. Esos pasos no requieren ninguna “labor ardua”. No exigen ningún sacrificio, no requieren que una persona se convierta en un ser ridículo o crédulo. Su aplicación no requiere una gran cantidad de estudios. Pero para tener éxito en la
Aplicación de estos seis pasos si se requiere suficiente imaginación para que nos permita ver y comprender que la acumulación de dinero no es algo que pueda dejarse al azar, a la buena suerte 0 a la casualidad. Debernos comprender que todos los que han acumulado grandes fortunas, primero realizaron cierta cantidad de sueños, esperanzas, deseos, anhelos y planeamiento, antes de adquirir el dinero. Quizá también sea conveniente que se enteren, justamente ahora, de que jamás podrán poseer grandes cantidades de riquezas a menos de que puedan inducirse a experimentar un deseo de dinero que llegue al frenesí y que en realidad creer que llegaren a poseerlo.

LOS GRANDES SUEÑOS PUEDEN CONVERTIRSE EN RIQUEZAS

Quienes nos encontramos en esta carrera en pos de la riqueza, deberíamos sentirnos alentados al saber que este mundo cambiante en el cual vivimos requiere nuevas ideas, nuevas formas de hacer las cosas, nuevos líderes, nuevas invenciones, nuevos métodos de enseñanza, nuevos métodos de mercadeo, nuevos libros, nueva literatura, nuevos programas para la televisión, nuevas ideas para las películas. Detrás de toda esta demanda de cosas nuevas y mejores hay una cualidad que debemos poseer si queremos ganar, y esa cualidad es la definición precisa de un propósito, el conocimiento de lo que uno desea y además, un deseo ardiente de poseerlo.
Quienes deseamos acumular riquezas deberíamos recordar que los verdaderos líderes en este mundo siempre han sido hombres que dominaron y dieron un uso práctico a las fuerzas intangibles e invisibles de la oportunidad aun por nacer y que han convertido esas fuerzas (0 esos impulsos del pensamiento) en rascacielos, ciudades, fabricas, aviones, automóviles y en toda clase de comodidades que nos hacen mas agradable la vida.
Cuando planee la adquisición de su parte de riquezas, no permita que nadie influya en usted para que menosprecie a los sonadores. En este mundo en cambio, a fin de ganar los premios más grandes, debe captar el espíritu de los grandes pioneros del pasado, cuyos sueños han dado a la civilización todo lo que tiene de valor, el espíritu que sirve como sangre vital para nuestro país, sus oportunidades y las mías, a fin de desarrollar y poner en venta nuestros talentos. Si lo que desea es justo y usted cree en ello, la delante, llévelo a cabo! Trate de dar a entender sus sueños y jamás se preocupe por lo que “ellos” digan, cuando se tropiece con una derrota temporal, ya que tal vez “ellos” no saben que todo fracaso trae consigo la semilla de un éxito equivalente.
Los hermanos Wright sonaban en una maquina que volaría por los aires. En la actualidad, en todo el mundo podemos ver la evidencia de que sus sueños tenían una base solida.
Marconi soñaba en un sistema que dominara las fuerzas intangibles del éter Y la evidencia de que sus sueños no fueron vanos se encuentra en todos y cada UH0 de los aparatos de radio y televisión que hay en todo el mundo. Quizá le interese saber que los “a1nigos`l de Marconi lo hicieron aprender para que lo examinaran en un hospital para psicópatas, cuando anuncio que había descubierto un principio mediante el cual podría enviar mensajes a través del aire, sin ayuda de alambres o de cualquier otro medio físico de comunicación directa. Hoy día, los sonadores tienen mejor suerte. El mundo esta lleno de abundantes oportunidades que jamás conocieron los soñadores del pasado.

RESPALDARON SUS SUEÑOS CON EL DESEO

El punto de partida del sonador debe ser un ardiente deseo de ser y de hacer algo. Los sueños no nacen de la indiferencia, de la pereza 0 de la falta de ambición.
Recuerde que así todos los que han triunfado en la vida tuvieron principios difíciles y atravesaron por incontables luchas desgarradoras antes de "llegar". El punto critico en las vidas de aquellos que alcanzan el éxito, por lo general, se ' presenta en el momento de alguna crisis, gracias a la cual llegan a conocer a “su V otro yo”.
]ohn Bunyan escribió Pilgrim ’s Progress, una obra que se cuenta entre los tres mejores libros de la literatura inglesa, después de permanecer confinado en la “prisión y de recibir un severo castigo debido a sus opiniones sobre el tema de la religión. O. Henry descubrió el genio que dormía en su cerebro después de sufrir grandes calamidades y de estar confinado en una celda de la prisión de Columbus, Ohio. Al verse forzado, a través del infortunio, a familiarizarse con su “otro yo” y hacer uso de su imaginación, descubrió que podía convertirse en un gran autor en vez de ser un miserable criminal y un proscrito.
Charles Dickens empezó a trabajar pegando etiquetas en los frascos de betain para el calzado. La tragedia de su primer amor penetro hasta las profundidades de su alma y lo convirtió en uno de los autores verdaderamente grandiosos del mundo. Esa tragedia produjo en primer lugar su obra David Copperfield y después una sucesión de otros libros que lograron que este mundo fuese un sitio mas valioso y mejor para todos los que han leído sus libros.
Hellen Keller se quedo sorda, muda y ciega poco después de su nacimiento. A pesar de su gran infortunio, escribió su nombre con letras indelebles en las páginas de la historia de los grandes. Toda su vida sirvió como una evidencia de que nadie llegara jamás a ser derrotado, a no ser que haya aceptado la derrota como una realidad.
Robert Burns era un joven campesino iletrado. Se vio maldecido con una vida de pobreza y por añadidura creció hasta convertirse en un ebrio. El mundo se convirtió en un sitio mejor gracias a que él lo habito y porque envolvió en poesía sus bellísimos pensamientos, con lo cual arrancó una espina y plantó una rosa en su lugar.
Beethoven era sordo; Milton era ciego pero sus nombres perduraran a lo largo del tiempo, porque sonaron y tradujeron sus sueños en un pensamiento organizado.
Existe una gran diferencia entre desear una cosa y estar preparado para recibirla. Nadie esta preparado para recibir algo si antes no cree que puede adquirirlo El estado mental debe ser de creer, no de una simple esperanza o deseo. Una mente receptiva es esencial para creer. Las mentes cerradas no inspiran fe, valor o creencias.

Recuerde, no se requiere más esfuerzo para apuntar hacia lo más alto en la vida, para exigir la abundancia y la prosperidad, del que se requiere para aceptar la miseria y la pobreza. Un gran poeta ha manifestado acertadamente esta gran verdad universal en estas cuantas líneas:
Negocié con la Vida y le pedí un centavo,
Y la Vida no me pago más,
Por mucho que supliqué por las noches
Al contar mis escasas reservas.

Porque la Vida es un justo patrono,
Que nos concede lo que pedimos.
Pero una vez que ha fijado el salario,
Pues, debemos desempeñar la tarea.

Trabajé por un modesto salario,
Solo para enterarme, consternado,
Que cualquier salario que ala Vida hubiese pedido
La Vida gustosa me lo habría concedido.


EL DESEO LOGRA LO IMPOSIBLE

Como un clímax apropiado, quiero presentarle a una de las personas más W extraordinarias que jamás he conocido. Lo vi por vez primera unos cuantos minutos después de nacer; llego al mundo sin ninguna señal física de oídos y el M_ médico cuando se sintió presionado para que expresara su opinión sobre el caso, admitió que el niño podría ser sordomudo toda su vida. Yo desafié la opinión del médico. Tenia todo el derecho de hacerlo era el padre del niño. También llegué a una decisión y rendí mi opinión, pero la expresé en silencio, en lo mas secreto de mi propio corazón.
Dentro de mí mente sabía que mi hijo llegaría a oír y hablar. ¿Cómo? Estaba seguro de que tenia que existir alguna forma y sabia que la encontraría.
Pensé en las palabras del inmortal Emerson, "todo el curso de las cosas esta encaminado a ensenarnos la fe. Lo único que necesitamos es obedecer. Hay una guía para cada uno de nosotros y al escucharla con humildad, escucharemos la palabra adecuada”.
¿La palabra adecuada? ; Deseo! Más que otra cosa en el mundo, yo deseaba que mi hijo no fuese sordomudo, Y jamás, ni siquiera durante un segundo, me aparté de ese deseo.
¿Qué podía hacer al respecto? De alguna manera encontraría la forma de i trasplantar a la mente de ese niño mi propio deseo ardiente do formas y medios” de transmitir el sonido hasta su cerebro sin la ayuda del oído. Tan pronto como el niño tuviese la edad suficiente para cooperar, saturaría tan completamente su mente con el ardiente deseo de escuchar, que la naturaleza por sus propios medios, convertiría ese deseo en una realidad física.
Todos esos pensamientos se desarrollaban en mi propia mente, pero jamás A hablé de ello con nadie. Cada día renovaba el voto que me hice a mi mismo de L que mi hijo no seria sordomudo.
A medida que crecía y empezaba a percatarse de todo lo que lo rodeaba, Observamos que tenía un ligero grado de aptitud auditiva. Cuando llego a la edad en que los niños por lo común empiezan a hablar, no hizo ningún intento para pronunciar palabra alguna, pero por sus acciones pudimos adivinar que apenas podía escuchar algunos sonidos. ¡Eso era todo lo que yo quería saber! Estaba convencido de que si podía escuchar, aun cuando solo fuese ligeramente, podría desarrollar una mayor capacidad auditiva. Entonces sucedió algo que me dio una esperanza y que me llego de una fuente absolutamente inesperada.

ENCONTRAMOS UN CAMINO

Compramos un fonógrafo y cuando el niño escucho la música por vez primera, se sintió extasiado y prestamente se apodero del aparato. En una ocasión se dedico a tocar un disco una y otra vez casi durante dos horas, parado frente al fonógrafo y con los dientes apretados sobre el borde de la cubierta. El significado de esa habito del niño, desarrollado por si mismo, no se aclaro para nosotros sino hasta muchos años después, ya que en aquella época nunca habíamos oído hablar del principio de la “conducción ósea” del sonido.
Poco tiempo después de que se apodero del fonógrafo, descubrí que podía escucharme con bastante claridad cuando le hablaba con los labios pegados a su hueso mastoide, en la base del cráneo.
Una vez que determine que podía escuchar con bastante claridad el sonido de mi voz, de inmediato empecé a transferir a su mente el deseo de oír y hablar. Pronto descubrí que el niño disfrutaba mucho cuando le narraba algunas historias antes de irse a dormir, de manera que puse manos a la obra, creando historias destinadas a desarrollar en él la confianza en si mismo, la imaginación y un intentoso deseo de escuchar y de ser un niño normal.
Había una historia en particular, que yo acentuaba dándole un nuevo colorido dramático cada vez que se la narraba. Estaba diseñada para sembrar en su mente el pensamiento de que su padecimiento no era un impedimento, sino un activo de gran valía. A pesar del diado me indicaba claramente que toda adversidad trae consigo la semilla de una ventaja equivalente, debo confesar que no tenía la menor idea de cómo ese padecimiento podría convertirse alguna vez en un bien.

NADA FUE CAPAZ DE DETENERME

A medida que analizo esa experiencia, recapacitando en el pasado, comprendo ahora que la fe que en mi tenía mi hijo tuvo mucho qué ver con los sorprendentes resultados. No dudaba de nada de lo que yo le decía. Lo convencí de la idea de que tenía una ventaja característica sobre su hermano mayor y que esa Ventaja se reflejaría en muchas formas. Por ejemplo, los maestros en la escuela verían que no tenia oídos y debido a ello le prestarían una atención especial, tratándolo con una extraordinaria bondad. Siempre fue así. También lo convencía de la idea de que cuando tuviese la edad suficiente para vender periódico (su hermano mayor ya era todo un comerciante en periódico), tendría una ventaja muy grande sobre su hermano, por la sencilla razón de que las personas le Pagarían dinero extra por su mercancía, al comprender que se trataba de un niño brillante y trabajador a pesar del hecho de que carecía del sentido del oído. Cuando tenía alrededor de siete años dio señales de la primera evidencia de que nuestro método de “programar” su mente empezaba a dar sus frutos. Durante varios meses suplico que se le concediera el privilegio de vender periódico, pero su madre no estaba dispuesta a dar su consentimiento para ese proyecto.
Finalmente, el pequeño tomo el asunto en sus manos. Una tarde que se quedo en casa bajo el cuidado de los sirvientes, se encaramo a la ventana de la cocina y deslizándose hasta el suelo, se lanzo a la aventura. Pidió prestados seis centavos al zapatero del vecindario, invirtió ese capital en comprar periódicos,
Los vendió, reinvirtió y siguió repitiendo la operación hasta ya entrada la noche. Después de hacer el balance de sus cuentas y de devolverle a su acreedor los seis centavos que le había pedido prestados, tenía una ganancia neta de cuarenta y dos centavos. Esa noche, cuando volvimos a casa, lo encontramos dormido en su cama, con el dinero apretado en la mano. Que Su madre le abrió la mano y después de quitarle las monedas, estallo en llanerito. ¡Vaya, qué cosa! Parecía tan inadecuado llorar por la primera victoria de su hijo. Mi reacción fue precisamente la opuesta; reí de todo corazón, porque sabia Y que mi empresa de sembrar en la mente del niño una actitud de fe en si mismo FQ había tenido éxito.
En su primera aventura de negocios, su madre vio a un pequeño sordo que había salido a la calle, poniendo su vida en peligro para ganar dinero. Yo vi a un pequeño hombre de negocios valeroso, ambicioso y confiado en si mismo, cuyo activo había incrementado en un cien por ciento, porque había emprendido un negocio por iniciativa propia y había triunfado. El indecente me dejo muy complacido, porque sabia que el que no nos había ofrecido una evidencia del ingenio que lo acompañaría a todo lo largo de su vida.



UN ADELANTO PARA EL SENTIDO DEL OÍDO

El pequeño sordo curso sus estudios de primaria, secundaria y universitarios sin poder escuchar a sus maestros, excepto cuando le hablaban muy de cerca y Voz alta. Jamás asistió a una escuela para niños sordos y nunca estuvimos dispuestos a permitirle que aprendiera el lenguaje de signos. Estábamos decididos que llevara una vida normal y se asociara con niños normales y mantuvimos esa, a pesar d que nos costó incontables discusiones acaloradas con los funcionarios escolares.
Cuando estudiaba la secundaria, hizo una prueba con un aparato auditivo eléctrico, pero no le sirvió de nada.
Durante su ultima semana en la universidad, sucedió algo que marco el punto? decisivo mas importante de toda su vida. A través de lo que pareció ser una simple casualidad, entro en posesión de otro aparato auditivo eléctrico, que le enviaron a prueba, Se demoro mucho en hacer el intento de usarlo, debido a su anterior desengaño con un aparato semejante. Al fin tomo el aparato y con un ademan mas o menos descuidado se lo coloco en la cabeza, conecto la batería y ¡eh allí!, que como por arte de magia, el deseo de toda su vida de disfrutar de oído normal se convirtió en realidad. Por vez primera con toda su vida, prac ticamente podía escuchar tan bien como cualquier persona con un sentido normal del odio.
Rebosante de júbilo ante el mundo cambiado que se le ofrecía gracias a su aparato auditivo, corrió al teléfono para llamar a su madre y pudo escuchar su voz perfectamente. ¡Al día siguiente, por vez primera en su vida escuchó con toda claridad las voces de sus maestros en clase! Por primera vez en toda en toda su vida podía conversar libremente con las personas sin necesidad de que le hablaran en voz muy alta. En verdad había llegado a poseer un mundo diferente.
El deseo empezaba a pagar sus dividendos, pero la victoria todavía no era completa. El muchacho aun tenía que encontrar una forma definitiva y practica de convertir su impedimento en un bien equivalente.

EL JOVEN SORDO AYUDA A LOS DEMAS

Comprendiendo apenas el significado de lo que ya había logrado, pero intoxicado por la alegría de su recién descubierto mundo de sonidos, le escribió una carta al fabricante de aparatos auditivos, describiendo su experiencia en una forma entusiasta. Algo en su carta hizo que la compañía lo invitara a Nueva York. A su llegada, lo escoltaron durante una visita a la fábrica y mientras charlaba con el ingeniero en jefe, hablándole de su mundo tan cambiado, cruzo por su mente una corazonada, una idea o una inspiración, llámela como quiera. Fue ese impulso de pensamiento el que convirtió su padecimiento en un bien destinado a pagar dividendos, tanto en dinero como en felicidad para miles de personas, durante largo tiempo por venir.
La suma y esencia de ese impulso de pensamiento fue lo siguiente: se le ocurrió que podría ser útil para los millones de personas sordas que pasan por la vida sin el beneficio de un aparato auditivo, si lograba encontrar la forma de hablarles de la historia de su mundo cambiado.
Durante un mes completo llevo a cabo una investigación intensiva, durante la cual analizó todo el sistema de mercadeo del fabricante de aparatos auditivos, creando formas y medios para comunicarse con las personas parcialmente sordas de todo el mundo, a fin de compartir con ellas su mundo cambiando recién descubierto. Una vez que hizo todo esto, redactó por escrito un plan para dos años, basado en sus descubrimientos. Cuando le prestó ese plan a la compañía, de inmediato le ofrecieron un puesto para que llevara a cabo sus ambiciones.
Cuando empezó a trabajar, ni siquiera soñaba en que estaba destinado a llevar una esperanza y un alivio practico a miles de personas sordas quienes, de no ser por su ayuda, se habrían visto condenadas para siempre a la sordera.
En mi mente no hay duda alguna de que Blair habría permanecido sordomudo toda su vida, de no ser porque su madre y yo nos las arreglamos para moldear su mente en la forma en que lo hicimos.
Cuando sembré en su mente el deseo de oír y hablar y de vivir como una persona normal, a ese impulso iba aunada cierta extraña influencia que hizo que la naturaleza se convirtiera en constructora de puentes y salvara el golfo de silencio entre su cerebro y el mundo exterior.
En verdad, un ardiente deseo sigue sendas tortuosas para transmutarse en su equivalente físico, Blair deseaba un sentido auditivo normal; ¡ahora lo tiene! Nació con un impedimento que fácilmente pudo enviar a alguien con un deseo menos definido a la calle, con un puñado de lápices y una taza de estaño.
La pequeña “mentirilla blanca” que sembré en su mente cuando era niño y que lo llevó a creer que su padecimiento se convertiría en un gran bien, ya se ha justificado. En verdad no hay nada, bueno o malo, que la fe, aunada a un ardiente deseo, no pueda convertir en realidad. Esas cualidades están al alcance de todos y son gratuitas.
EL DESEO OBRA MARAVILLAS PARA UNA CANTANTE

Un breve párrafo en una parte de noticias, concernientes a la señora Ernestine Schumann- Heink nos ofrece una pista para comprender la estupenda carrera de esta extraordinaria mujer, que triunfo como cantante. Cito el párrafo, porque la pista que contiene no es otra cosa que el deseo.
En los principios de su carrera, la señora Schumann- Heink visitó al director de la Real Opera de Viena para que le hiciera una audición. Pero él ni siquiera acepto escucharla. Después de echarle una mirada a la jovencita torpe y mal vestida, exclamó, no con demasiada amabilidad: “Con un rostro así y sin ninguna personalidad, ¿cómo es posible que espere triunfar en la ópera? Mi buena señorita, renuncie a esa idea; cómprese una máquina de coser y dedíquese a trabajar. Jamás logrará ser una buena cantante”.
¡Nadie puede decir, de esta agua no beberé! El directo de la Real Ópera de Viena poseía un vasto conocimiento de las técnicas del canto, pero sabía muy poco del poder del deseo cuando asume las proporciones de una obsesión. Si hubiese tenido mayores conocimientos de ese poder, no habría cometido el error de condenar a un genio sin concederle una oportunidad.
Hace varios años, enfermo uno de mis compañeros de negocios. Su estado de salud empeoraba a medida que transcurría el tiempo y por fin fue llevado a un hospital para que le practicaran una intervención quirúrgica. El médico me advirtió que había muy pocas probabilidades, si es que las había, de que volviera a verlo con vida. Pero esa era la opinión del médico, no la del paciente. Justo antes de que se lo llevaran en la camilla, murmuró débilmente: “No te preocupes, jefe, saldré de aquí dentro de unos cuantos días”. La enfermera me miró compasiva. Pero el paciente salió bien de la operación, Cuando todo terminó, su médico comentó: “Lo que lo salvo fue su deseo de vivir. Jamás habría logrado salir adelante si no se hubiese rehusado a aceptar la posibilidad de la muerte”.
Creo en el poder del deseo respaldado por la fe, porque he visto que ese poder eleva a los hombres desde un comienzo muy humilde hasta ocupar un sitio de poder y riqueza; he visto que ha arrebatado a muchas victimas de la tumba; he visto que sirve como un medio gracias al cual los hombres han preparado su retorno a escena, después de verse derrotados en cien formas diferentes; he visto que le ofreció a mi propio hijo una vida normal y plena de éxito, a pesar de que la Naturaleza lo envió al mundo sin oídos.
Mediantes algún principio extraño y poderoso de “química mental” que jamás ha divulgando, la naturaleza envuelve en el impulso de un poderoso deseo “ese algo” que no acepta palabras tales como “imposible” y que no acepta tal realidad como el fracaso.

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